“No es una amenaza”, puntualizó el imputado, pero consideró que algunos “deberían tener más cuidado al hablar”.
En prisión preventiva desde hace casi dos años, y a falta de dos semanas para la fecha en la que debería comenzar su juicio, el exsenador nacionalista Gustavo Penadés concedió una entrevista al Semanario Búsqueda.
El extenso reportaje fue llevado a cabo por los periodistas Federico Castillo y Macarena Saavedra, quienes se trasladaron hasta la cárcel de Florida, donde se encuentra recluido el político.
De dilatada carrera como legislador, Penadés cayó en desgracia luego de que la entonces militante nacionalista y trans Romina Celeste Papasso lo denunciara por abusar sexualmente de ella años atrás, cuando todavía era menor y tenía una identidad masculina. Luego, como es de público conocimiento, las denuncias se acumularon hasta alcanzar un total de veintidós.
Durante buena parte de la entrevista, Penadés se refirió a los pormenores de la causa, afirmó ser inocente y negó haber cometido abusos a menores de edad.
Sin embargo, en la prolongada conversación hubo ocasión de referirse al mundo político y, en concreto, al comportamiento de quienes durante años fueron sus correligionarios, desde el momento de la denuncia y hasta hoy.
“Soy blanco, voy a morir blanco, y mi partido es el Partido Nacional, al que le debo todo”, aclara de manera liminar. Sin embargo, luego señala el hecho de que, ante las denuncias contra él, “la ‘borratina’ haya sido general, salvo algunas distinguidas excepciones que han hablado con mi familia”, entre las que menciona a Luis Lacalle Pou y a Luis Alberto Heber.
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