La cosecha de soja superó todas las expectativas y estará cerca de los 4 millones de toneladas

La cosecha de soja superó todas las expectativas y estará cerca de los 4 millones de toneladas

Desafíos de una cosecha récord: un desempeño notable que refleja las inversiones en maquinarias, genética y manejo. El desafío logístico y los problemas de costos.

Por Ing. Agr. MBA Nicolás Lussich 

La cosecha de soja está culminada y ha sorprendido para bien a propios y externos. El rendimiento promedio estimado se ha ido corrigiendo hacia arriba, y hoy ya se plantea una cifra en el entorno de los 3.200 kg/ha. Hay quienes son más optimistas todavía, y lo ponen 100 kilos más arriba, en 3.300 kg/ha. Son estimaciones preliminares, pero aseguran un récord histórico: nunca se había alcanzado un rinde promedio tan alto (cifras similares se alcanzaron en alguna zafra de principios de siglo, cuando el área era mucho menor). En la gráfica adjunta se refleja la evolución del rendimiento sojero de los últimos años, con una variabilidad muy alta por efecto de los cambios -a veces muy drásticos-, en las condiciones climáticas. Pero hay una tendencia de avance.

Por esto -más allá del dato puntual del año- a la actividad agrícola hay que analizarla como sistema, y en el mediano y largo plazo. La incidencia de las rotaciones es significativa; a modo de ejemplo -y hablando de soja- el ingreso en las rotaciones de las oleaginosas de invierno, de cosecha temprana, permiten siembras de segunda de soja también más tempranas, con la consecuente mejora en los rendimientos. Segundas que son similares a primeras tardías. Este año varios técnicos han registrado diferencias significativas (de hasta 300 kg/ha), por adelantar la siembra solo un par de semanas.

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Con un área que se ha mantenido en torno a 1,3 millones de hectáreas, la estimación primaria permite proyectar una cosecha sojera que alcanzaría 4 millones de toneladas, o incluso más. Es un logro notable de la agricultura uruguaya, que responde a un proceso de acumulación de conocimiento e inversiones a lo largo de varios años. Lamentablemente -la felicidad nunca es completa- los precios no conforman.

Mercados y logística.

Si bien en algún momento de la semana pasada se llegaron a pagar 360 US$/ton en el mercado sojero local por el grano puesto en depósito, ese precio ya no está. El mercado internacional esbozó una cierta recuperación pero ésta se ha truncado en los últimos días, por diversos factores. Lamentablemente, la cosecha récord no va a coincidir con precios buenos que conformen a los productores.

De manera que los márgenes, que con un precio en torno a 400 US$/ton realmente podrían haber sido muy buenos, son simplemente aceptables, en el promedio. Hay que repagar créditos, reinvertir en maquinaria y seguir adelante. La expectativa de un precio mayor a lo largo de toda la zafra hizo que buena parte de la producción demorara la fijación de precios y ventas, con la consecuente postergación en la concreción de embarques. Esto ha provocado que la logística de ventas al exterior se vaya a extender hasta bien entrada la próxima primavera. Hay mucha soja en silobolsa y los desafíos logísticos son grandes. Por suerte, el tiempo también acompañó en esta semanas en lo que refiere a las tareas de cosecha, que si bien tuvieron interrupciones por lluvias -algo Inevitable- se han culminado con bastante rapidez y con una muy buena calidad de producto. Buena parte del grano levantado no tuvo necesidad de secado; ha sido una cosecha de relativamente bajo costo.

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El clima sí ha complicado -al menos parcialmente- las siembras tempranas de invierno, en el comienzo del nuevo ciclo agrícola 25/26. Dado el escenario de precios, es claro que habrá una importante expansión del área de colza, con menor área de cebada y -fundamentalmente- trigo, cuyos precios tampoco conforman. Hubo que resembrar algunas chacras de colza pero todo indica que con estos días fríos, con sol y sin lluvias, el área de la oleaginosa de invierno se va a concretar a buen ritmo.

Una verdadera industria.

La soja ha marcado una cosecha récord, pero el maíz no se queda atrás. Para tener cifras más concretas habrá que esperar hasta levantar los maíces secos de segunda, bien entrado el invierno, pero todo indica que también tendremos un volumen récord de producción en un cultivo que ha avanzado permanentemente en productividad.

Lo interesante es que esta muy buena cosecha de maíz coincide con un excelente escenario de precios en el mercado ganadero, lo que estimula a un mayor consumo de granos forrajeros, donde el maíz es el principal. Los altos valores del ganado en toda la cadena, desde la cría hasta la faena, están promoviendo un uso mayor de granos y concentrados, en una tendencia que viene ya de hace varios años. A la demanda de la ganadería de carne hay que agregar la lechería y la avicultura. De manera que aún con una producción récord, Uruguay difícilmente tenga saldo exportable de maíz para concretar algún barco al exterior. El grano se exportará, pero transformado en carne; es la confirmación de que se está consolidando una verdadera industria agrícola-ganadera de la alimentación, sin chimeneas pero con altos niveles de productividad, sofisticación y trabajo técnico.

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La incorporación masiva de granos forrajeros -maíz y también habitualmente granos forrajeros de invierno, como cebada y saldos de trigo que no llegan a la calidad molinera- permiten una mejora en la calidad de la producción de carne, completando las virtudes de la producción a pasto. Lo mismo ocurre con la producción lechera y avícola.

Por supuesto, puede agregarse más valor todavía en la producción agroindustrial de alimentos u otros productos. El problema es que allí Uruguay empieza a expresar sus problemas de competitividad, porque tanto los costos de la energía como los costos laborales (en su ecuación costo/productividad) limitan el desarrollo de más negocios que puedan aprovechar la referida base de producción agrícola-ganadera.

Hablando de energía, esta semana el gobierno divulgó -finalmente- el cambio en el mecanismo de ajuste de precios de los combustibles. Puede decirse que los cambios no son sustanciales, en la medida que se seguirá tomando la paridad de importación como referencia, con una rango de variación límite de +/-7%. Como lo explicó el propio ministro de Economía, Gabriel Oddone, es un rango que no se ha superado desde que comenzó a aplicarse el mecanismo establecido en la LUC. Los ajustes serán ahora cada 2 meses y se re incorpora el denominado “Factor X”, que en los primeros años del gobierno anterior se incluyó en la ecuación como un reconocimiento a los sobrecostos de ANCAP por cubrir mercados subsidiados (principalmente supergás). Esto implica un sobrecosto de 1,5 $/l. Esto es un paso atrás: en los últimos años se había logrado establecer un subsidio directo a los que más necesitan, rebajando el supergás a la mitad para los usuarios de la Tarjeta Mides, algo lógico y con fundamentos básicos de mercado: para ayudar a la gente que está complicada no hay que subsidiar el precio del producto sino ayudarla directamente en su capacidad de compra. Ahora el supergás tendrá un precio subsidiado, para gente que necesita y también para otra que no.

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Uruguay sigue siendo un país caro en sus costos energéticos y esto es un impedimento serio para un mejor desarrollo y crecimiento. El caso de la agricultura es expresivo de un sector que -con inteligencia y tecnología- ha logrado superar eso y crecer. La siembra directa, los transgénicos y las importantes inversiones que aumentan la escala y la capacidad de siembra y cosecha han sido fundamentales para esto, además de descuentos impositivos (IVA) en el gasoil de uso productivo. Si la agricultura fuera la del siglo 20, con múltiples pasadas de arados, rastras y cinceles (con alto consumo de combustible) sería imposible tener la producción récord de hoy.

Rurales El País