“Venía enajenada”: el relato de una testigo sobre el atropellamiento frente al Antel Arena

“Venía enajenada”: el relato de una testigo sobre el atropellamiento frente al Antel Arena

Roxana y su amiga Jacqueline habían asistido al concierto de La K’onga. Mientras volvían a su auto, una de ellas fue víctima del siniestro.

Roxana, que prefirió no publicar su apellido, y su amiga Jacqueline salían del Antel Arena después de haber visto en vivo el recital de La K’onga. La velada había salido como esperaban: escucharon una banda que ambas disfrutan y estaban prontas para volver a sus casas. Sin embargo, terminaron en un sanatorio después de que una camioneta atropellara a varias personas y se diera a la fuga.

En diálogo con Montevideo Portal, la testigo dijo que a pesar de haber sufrido un “shock” recuerda el momento con exactitud: la camioneta Fiorino, los ruidos, los golpes, cómo llegó a agarrar a su amiga, los gritos.

Las mujeres cruzaban la calle sobre las 23:30 del pasado jueves 11 de setiembre junto a otras personas que también habían asistido al concierto, que recién había terminado. Con la luz en verde, pasaron al primer cantero de la avenida José Pedro Varela, pero nunca pudieron llegar al otro lado de la vereda.

Jacqueline iba un poco más adelante. Roxana iba detrás cuando en determinado momento oyó un ruido que la hizo aminorar su marcha. “Miré para atrás y vi que venía una camioneta Fiorino muy rápido. Atiné a agarrarla a ella del brazo y tirarla hacia mí. Nos fuimos para un lado y a ella la agarró de costado, porque la pasaba por arriba si no”, dijo la testigo.

“Fue esas cosas que hacés por reflejo, por instinto”, reconoció sobre por qué agarró a su amiga del brazo.

La mujer recuerda que en ese momento su amiga fue la única que sufrió un golpe directo. Pero luego la camioneta, que “nunca paró”, volvió a cruzar a otro cantero. En ese momento, dice Roxana, se sumaron nuevas víctimas. “Para mí había mucho más de cuatro personas, tiradas vi como a ocho”, señala la testigo.

De inmediato, las ambulancias llegaron al lugar de los hechos para asistir a las personas heridas. Otras personas ofrecían ayuda, otras gritaban. “Era una locura. Realmente estando ahí parecía que no estabas acá”, relató la mujer, que contó que en la escena habían niños y familias.

Para Roxana, el momento “fue rarísimo”, porque la conductora de 28 años —que luego se entregó— iba “directo”. “No sé si ella intentó doblar, si tuvo una mala maniobra, si se comió el semáforo en rojo, pero así como venía siguió”, recordó la mujer.

Según el relato de la testigo, la conductora, cuya espirometría arrojó un resultado de 0,34 de alcohol en sangre— dio “toda una vuelta” y no “frenó el auto”. “Yo sentí los golpes a las personas”, afirmó la testigo, que incluso vio championes perdidos debajo de otros autos.

“Era mucha gente la que estaba cruzando. Esta persona venía enajenada, porque, o sea, más allá de que haya ha sido un error o se haya comido o se haya venido con el celular —no tengo ni idea—, venía a una velocidad que ahí no está permitida”, señaló.

Ante el siniestro, Jacqueline fue derivada a un sanatorio, donde constataron que se quebró el omóplato de ambos lados, así como también la tibia y el peroné. La mujer fue operada y volverá a serlo el próximo martes. Además, “tiene golpes por todo el cuerpo”.

Roxana salió ilesa, aunque sufrió un “shock” por el momento. Luego comunicó a los familiares de Jacqueline lo ocurrido y acompañó a su amiga hasta que los médicos le dijeron que no corría riesgo de muerte.

Ante la trágica situación, la testigo reconoció la “solidaridad de la gente”, que ofrecieron sus saberes para ayudar a las personas heridas.

Desde el Ministerio del Interior indicaron que el siniestro dejó cuatro heridos: una adolescente de 16 años y tres mujeres de 40, 51 y 55 años. Si bien la conductora se fue del lugar, se presentó ante la seccional 13° para confesar el choque y argumentó huyó del lugar por “temor a ser agredida”. El caso está bajo la órbita de la Fiscalía General de la Nación.

Montevideo Portal