Un referente en la jura ovina: Matías Orihuela, técnico del SUL, destaca la importancia del equilibrio genético y fenotípico en la pista

Un referente en la jura ovina: Matías Orihuela, técnico del SUL, destaca la importancia del equilibrio genético y fenotípico en la pista

Matías Orihuela, técnico del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), es una de las figuras habituales en las juras ovinas y un referente en el sector. En una entrevista con Valor Agregado Norte, a través de Radio Tabaré, Orihuela compartió sus impresiones sobre el rol del SUL en estos eventos, la participación de sus colegas como jurados y, en particular, sobre el desafío que representa para él ser jurado de la raza Merino Australiano en la principal exposición del país.

La destacada participación de los técnicos del SUL en las juras

Orihuela resaltó la activa presencia del SUL en las exposiciones, donde sus técnicos no solo acompañan las actividades, sino que también son seleccionados como jurados. Esta designación, según el técnico, es un motivo de gran orgullo y una validación del trabajo y conocimiento que poseen. «Que te designen como jurado representa que realmente creen y ven algo que como jurado podemos elegir», afirmó.

El técnico mencionó la participación de varios de sus compañeros en las distintas juras ovinas, como Marcos García Pintos y Federico Blanco en la raza Texel y Milchaff, Juan José Lucas en Lincoln y Suffolk, y Sabina Lacaba en Santa Inés y Poll Dorset. Además de las juras, el SUL participa activamente en otras actividades como charlas, jornadas, y evaluaciones genéticas, consolidándose como un pilar fundamental para el desarrollo del sector ovino.

Un gran honor y un desafío: juzgar la raza Merino Australiano

Con gran entusiasmo, Matías Orihuela se refirió al desafío que le depara el próximo viernes: ser jurado de la raza Merino Australiano junto a Juan Martín Dutra, un productor y profesional con quien ya trabajó el año pasado en Artigas. Para Orihuela, este nombramiento tiene un significado especial, ya que la raza Merino Australiano es de gran importancia en su zona de influencia laboral.

La tarea no es menor, ya que, según Orihuela, los animales que llegan a la pista del Prado son ejemplares destacados. La elección entre uno y otro se decide por detalles muy sutiles. El técnico subrayó el enorme avance genético que ha tenido la raza en Uruguay, destacando que los animales en pista son «muy bien plantados» tanto en su conformación física (fenotipo) como en su potencial genético. «Hoy se ven los frutos de ese trabajo que año a año hacen los productores», sentenció.

El «spoiler» del jurado: buscando el equilibrio perfecto

Al ser consultado sobre qué busca en un Merino Australiano, Orihuela se sinceró con una frase que él mismo calificó como «un poco armada»: «El animal tiene que serlo y parecerlo». Explicó que la decisión se basa en encontrar un equilibrio entre el fenotipo y los datos genéticos. Si bien el avance genético es crucial y su trabajo se enfoca en ello, no desconoce la importancia de las características fenotípicas, como la conformación, los aplomos y los rasgos raciales.

El técnico enfatizó que no elegirán animales que presenten defectos, ni se inclinarán solo por datos genéticos si el animal no cumple con una buena apariencia física. La clave está en seleccionar al ejemplar más equilibrado, que combine las virtudes genéticas con una conformación visual superior.

Cruzamientos: una estrategia en auge para el sector

La entrevista concluyó con una reflexión sobre la creciente utilización de razas de carácter carnicero, especialmente en los predios del norte del país. Si bien Orihuela aclaró que es difícil generalizar, confirmó que ha notado un interés creciente en los sistemas de cruzamientos. Explicó que, en muchos casos, los productores no absorben toda su majada, sino que destinan una parte de las borregas inferiores o los animales más gruesos para estos cruces.

Orihuela puso como ejemplo el trabajo que se realiza en el campo del SUL en la zona de Colonia Lavalleja, donde se mantiene un módulo de producción de lana fina con Merino Australiano, pero se destinan ovejas de última cría y borregas inferiores para cruces con razas como Texel y Hampshire Down. Este sistema permite valorizar la lana fina, al mismo tiempo que se aprovecha el potencial de crecimiento y la buena terminación que ofrecen las razas carniceras para la industria.

El técnico del SUL cerró el diálogo destacando que, si los precios del cordero se mantienen favorables, más productores podrían sumarse a esta estrategia, que no busca cambiar un sistema por otro, sino complementarlos de manera inteligente y proyectadaen el tiempo.