Trans brasileña es enviada a ala masculina en Guantánamo: «Me desesperé»

Tarlis Gonçalves relata a Folha cómo fue detenida por funcionarios de inmigración al cruzar de México a EE UU.

Una peluquera transgénero brasileña fue detenida por agentes de inmigración intentando ingresar a Estados Unidos y fue encarcelada en la prisión de Guantánamo en un ala destinada a prisioneros hombres.

«Les dije varias veces que era una mujer trans y no me sentía bien en un lugar solo con hombres», dijo a Folha la mineira Tarlis Marcone de Barros Gonçalves, de 28 años. «Les dije que estaba sufriendo acoso, pero no hicieron nada».

Gonçalves cruzó la frontera de México a EE UU el 15 de febrero y fue detenida por autoridades en Texas. Relató haber pagado R$ 70 mil a un coyote. Su plan era pedir asilo a las autoridades estadounidenses, pues dijo sufrir persecución por ser una mujer trans.

Desde el centro de detención en Nuevo México, la peluquera afirmó haber sido llevada, con grilletes en los pies, muñecas y cintura, a un avión militar, sin saber a dónde iba. Solo al llegar a la base de Guantánamo habría sido informada.

«Me desesperé». En su testimonio, la peluquera dijo: «Los guardias no me trataban como si fuera humana».

Después de cinco días en Guantánamo, Gonçalves fue llevada en un avión militar estadounidense a Miami y, de allí, a un centro de detención en Luisiana. Después de muchos pedidos para no ser alojada con hombres, fue colocada en una celda solitaria por 17 días. «Solo salía de la celda para un baño de sol de 25 minutos».

Gonçalves fue deportada a Brasil a principios de abril. Vino con grilletes en muñecas y piernas. «Apretaron tan fuerte que estuve diez días con las piernas hinchadas», dice ella, que volvió a Alvarenga, en Minas Gerais, y está en casa de sus padres.

Ahora, busca saldar las deudas que contrajo para pagar al coyote. «Mi plan era montar un salón de belleza y terminar de construir una casa para mis padres».

FOLHA INTERNACIONAL