Silencio de Bolsonaro y carreteras cortadas para complicarle el inicio de la transición a Lula

Silencio de Bolsonaro y carreteras cortadas para complicarle el inicio de la transición a Lula

El presidente no ha felicitado a Lula da Silva ni ha reconocido en público su derrota. Sus partidarios han bloqueado parcialmente el aeropuerto de Guarulhos, el más importante de Sudamérica.

Luiz Inácio Lula da Silva se había ilusionado con dos días de descanso tras la extenuante campaña que lo llevó por tercera vez a la presidencia de Brasil, pero lo suyo fue propio de un ingenuo: no le dieron ni un puñado de horas. Al silencio hermético del presidente Jair Bolsonaro, que no lo llamó para felicitarlo ni reconoció en público su derrota, se le sumó una extensa visita del presidente argentino, Alberto Fernández, y un corte de carreteras por parte de camioneros bolsonaristas que incluso bloquearon parcialmente el aeropuerto de Guarulhos, el más importante de Sudamérica.

¿Qué hizo Bolsonaro el lunes posterior a las elecciones que perdió por 50,9 a 49,1 por ciento? Se reunió con uno de sus hijos, Flavio, que es senador federal, mientras su equipo trabajaba en un texto en el que el presidente reconociera su derrota, aunque con matices.

«El documento sugerido al presidente pretende mostrar respeto al régimen democrático, pero fue elaborado con cuidado para no dejar huérfanos a los militantes de Bolsonaro. Se teme que una postura totalmente legalista provoque la pérdida de los partidarios más radicales, que estuvieron al lado del presidente y ayudaron a propagar los cuestionamientos contra el sistema electoral», señaló Folha de Sao Paulo.

La posibilidad del «golpe», de un Bolsonaro desconociendo el resultado, es ya mínima. Mientras el presidente se negaba a llamar a Lula, su vicepresidente, Hamilton Morao, habló por teléfono con Geraldo Alckmin, vicepresidente electo. Si el vice reconoce al vice, que el presidente desconozca al presidente electo parece inviable.

Más aún: Gleisi Hoffmann, la presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), llamó a Ciro Nogueira, jefe de la Casa Civil (una especie de jefe de gabinete) en el Palacio del Planalto. Nogueira le dijo a Hoffmann que está esperando indicaciones de Bolsonaro acerca del equipo de personas que coordinará la transición con la gente de Lula. La transición está regulada en Brasil y cuenta con un presupuesto de unos 600.000 dólares.

Flavio Bolsonaro abrió una leve hendija hacia el pensamiento de su padre con un tweet: «Vamos a levantar la cabeza y no vamos a renunciar a nuestro Brasil. ¡Dios al mando!». (EL MUNDO)