Se llevan tres años sin poder venderle tops de lana a China
Uruguay lleva prácticamente tres años sin poder venderle tops (lana lavada, cardada y peinada) a China y eso provoca que haya unos 30 millones de kilos de lanas medias y gruesas guardadas en los galpones, sin colocación.
Productores e industriales están muy preocupados porque el volumen de lana guardado es prácticamente una zafra y media y en dos o tres meses se viene una nueva cosecha de lana.
A la ausencia de China en el mercado para la compra de tops se suman problemas en la logística en el mundo y la volatilidad del euro frente al dólar que se acentuó con la guerra entre Ucrania y Rusia.
“La guerra generó una detención importante en el mercado lanero mundial. Desde marzo está muy quieto y los precios bajaron un escalón”, afirmó Diego Saavedra, Gerente General de Central Lanera Uruguaya (CLU) al ser consultado por El País. La CLU es titular de Lanera Piedra Alta, en donde produce y exporta lanas uruguayas al mundo.
A su vez, China es el mercado importante para los tops uruguayos. “La mitad de las ventas de ese producto eran a China y se pasó a venderle cero. Eso impacta muy fuerte a nivel de las empresas y provoca muy poca venta en el segmento de lanas de 28 micras, en donde se estima hay 30 millones de kilos”, agregó Saavedra.
Lo único que salieron a comprar los importadores chinos fueron lanas sucias y bajos volúmenes de lana lavada. Esa ausencia de los compradores del gigante asiático en el mercado lanero mundial, hizo que los exportadores se concentraran en la Unión Europea.
“Estamos todos muy concentrados en la Unión Europea y ese destino está complicado por la guerra entre Rusia y Ucrania que está generando dos problemas: afecta la confianza de los mercados y los consumidores. Por otro lado, generó volatilidad en el euro frente al dólar”, explicó el Gerente General de CLU.
Los importadores europeos no quieren apurarse a comprar por miedo a que los precios del textil caigan más y al apurarse, hayan comprado caro. “Nadie quiere quedar descolocado y la volatilidad fue muy alta. Los compradores están muy prudentes hasta el momento”, detalló Saavedra.
Asimismo se acentuaron los problemas de logística y ocasionan otro freno a los importadores chinos y europeos. “Las pocas operaciones que se pueden completar se complican porque hay pocos barcos, precios por las nubes y muchas navieras saltean el puerto de Montevideo”, agregó el operador.
Pero hay otro factor que le agrega enlentecimiento a un mercado que viene frenado. Se acercan las vacaciones en países europeos. Eso hace pensar a los compradores a hacer negocios pensando en que la mercadería le llegue en septiembre.
Fuente: Rurales El País