Pérez Frontini: «Angus tiene liderazgo, y ese liderazgo implica responsabilidad”
En Hablemos de Agro, el presidente de la Sociedad de Criadores de Angus, Juan Pablo Pérez Frontini, analizó la zafra de toros 2025, el fenómeno Angus, el negocio ganadero global y el creciente vínculo técnico con la American Angus Association.
La zafra de reproductores 2025 cerró con una confirmación contundente: Angus volvió a encabezar las ventas nacionales, consolidando su predominio. Seis de cada diez toros comercializados en Uruguay pertenecieron a la raza, una señal que, para el presidente de la Sociedad de Criadores, Juan Pablo Pérez Frontini, reafirmó un liderazgo ganado en base a resultados, pero que también “implica responsabilidad.
Responsabilidad —subrayó— “de seguir generando herramientas para agregar valor a todos los sectores de la cadena, desde la cría hasta la góndola”. Porque Angus Uruguay, aunque mantiene su nombre histórico, dejó hace tiempo de ser solo una gremial de criadores: hoy es una organización que actúa sobre toda la cadena cárnica, desde la genética hasta la comercialización final.
La zafra 2025: precios altos, demanda segmentada y un comprador más técnico
El promedio obtenido por la raza, por encima de los US$ 4.400, superó las expectativas iniciales. Pérez Frontini reconoció que es difícil “poner en un Excel” un comportamiento que depende tanto de la demanda, pero la tendencia era visible: terneros 25% más caros que el año anterior, exportaciones firmes, vientres retenidos, una primavera extraordinaria y un negocio de cría que volvió a ubicarse entre los más rentables del agro.
Lo que sí sorprendió fue la profundidad de la demanda: no solo se vendieron más toros, sino que los compradores llegaron a los remates con un libreto mucho más técnico. “Hoy la gente pide los datos primero. Antes algunos compraban 15 toros por tipo; hoy piden información antes de negociar el precio”, explicó. El marbling, las características de carcasa, la grasa, el área de ojo de bife y los EPD nacionales aparecen como herramientas imprescindibles.
Esa profesionalización —dijo— se consolida a pasos firmes. Aunque todavía existe el productor que compra “por tipo”, cada vez son menos. Y el que compra por tipo, sabe que eso implica renunciar a certezas que hoy son posibles gracias a la evaluación genética.
Otro síntoma del auge es que la oferta no alcanzó. “Faltaron toros”, aseguró. La razón es simple: más vientres retenidos, más rodeos creciendo, más predios volviendo a apostar por la cría y un clima que favoreció la planificación de los productores. La primavera 2025 permitió pensar el entore con tranquilidad y eso impulsó la búsqueda de reproductores hasta último momento.
Incluso en diciembre —mes históricamente “rezagado”— prácticamente no quedan toros disponibles.
El crecimiento de Angus en Uruguay: genética, exportación y nuevos productores
Las cifras acompañan esta expansión. En 2025 se inscribieron en SA unos 3.100 toros y cerca de 19.000 hembras. La exportación de vaquillonas certificadas tracciona el mercado, ofreciendo salida para vientres jóvenes y asegurando liquidez.
Además, el ingreso de nuevos actores al agro —productores jóvenes, inversores y emprendimientos familiares— suele venir acompañado de la decisión de apostar directamente a Angus. ¿Por qué? Pérez Frontini lo explicó en tres puntos: por su rol como raza materna, eficiente y prolífica; por su comportamiento en sistemas intensivos como los corrales, donde responde con velocidad y calidad; y por el prestigio de la carne Angus, una marca global que reconoce el consumidor y paga el mercado.
Uno de los conceptos más insistentes del presidente es el marbling. Para él, es un antes y un después en la ganadería moderna. En su propio establecimiento trabaja desde hace casi una década con esa meta, y asegura que Uruguay deberá incorporarlo como criterio visible y medible.
“El marbling hay que ponerlo arriba de la mesa”, afirmó. En Estados Unidos y Australia, cuando la industria empezó a pagar por marmoleo, la genética respondió y toda la cadena se alineó. Uruguay —planteó— debería avanzar hacia ese modelo: primero generar información, después abrir la conversación sobre cómo remunerarla.
El vínculo con la American Angus Association: ciencia, datos y políticas de cadena
La reciente participación en la convención anual de la American Angus Association reforzó la relación técnica entre ambas instituciones. Allí, el equipo estadounidense exhibió su impresionante infraestructura genética: más de 100 profesionales, seis genetistas, un programa de evaluación con más de 30 años y más de 200.000 animales registrados activamente.
Uruguay busca nutrirse de esa experiencia. Ya incorporó nuevas características reproductivas y trabaja para sumar otras como docilidad, pezuña, leche y longevidad. “La genómica cambió el juego”, aseguró. Intercambiar información genética con países que llevan décadas de ventaja permite identificar marcadores clave y acelerar el progreso.
Pero más allá de la técnica, hubo una lección mayor: su visión de cadena. “Es impresionante cómo ellos tienen claro que al filotero, al industrial y al retailer les tiene que ir bien para que al criador le vaya bien. Ese espíritu de sistema es algo que nosotros todavía estamos construyendo”.
Sellos de calidad Angus: cuatro certificaciones y un 30% bajo el programa
Angus Uruguay dispone hoy de cuatro sellos de calidad: Verify, certificación racial; Grass Fed, terminado 100% a pasto; Premium, requisitos de calidad de carcasa y edad; Grain Fed, animales terminados 90 días a corral. Aproximadamente un 30% de la carne Angus que ingresa a la industria llega con alguna certificación, dependiendo del cliente y del destino.
Un negocio ganadero que vive un momento “para encuadrar”
El panorama internacional acompaña como pocas veces. El novillo alcanzó niveles históricamente altos, el ternero pasó largamente los US$ 3 y la demanda global sigue creciendo.
El caso de China es paradigmático: en 2016 consumía 4,5 kilos de carne vacuna per cápita, hoy consume casi 6,5 y se proyecta un aumento de otros 5 kilos. Aplicado a 1.400 millones de habitantes, eso implica una necesidad de 700.000 toneladas adicionales.
Sumado a stocks globales en mínimos, la ecuación se vuelve muy favorable. “Con demanda que tracciona, las perspectivas son excelentes”, resumió el presidente.
Para la zafra 2026 prevé un ternero nuevamente en torno a US$ 3 y recordó que Uruguay tiene dos fusibles claros ante el aumento de la producción: la exportación en pie y la capacidad de absorción de los corrales.
El debate global sobre el tamaño volvió a escena. ¿Se necesitan vacas más grandes para obtener carcasas pesadas? Pérez Frontini cree que no necesariamente. La clave está en combinar: vacas de frame moderado, eficientes, “gasoleras”; novillos que respondan con velocidad cuando se les ofrece comida; genética seleccionada por crecimiento, eficiencia y carcasa; y uso creciente del corral, que en Uruguay ya alcanza un 30% de la faena.
“Si dejamos un novillo 150 días a corral, como en Australia, la carcasa aparece. La genética lo tiene. No precisamos vacas gigantes”.
Estados Unidos: precios extraordinarios y riesgos acotados
En su visita reciente, conversó con criadores y técnicos sobre el momento del mercado norteamericano. La conclusión fue clara: atraviesan una etapa excepcional, con novillos cercanos a US$ 10/kg en segunda balanza y vacas sin registros valiendo más de US$ 3.500.
Incluso la ampliación de la cuota para Argentina —de 20.000 a 80.000 toneladas— fue minimizada por los propios ganaderos: “Es una lágrima en el océano”, dijo, considerando que EE.UU. produce más de 1,6 millones de toneladas.
Para Uruguay, no ve riesgos inmediatos: la demanda es alta, los stocks están bajos y los precios podrían sostenerse bien entrado 2026.
El presidente resumió, con honestidad técnica, el desafío local: Uruguay avanzó mucho, pero aún tiene que asumir que la ganadería es un sistema donde todos dependen de todos. “Nos falta espíritu de cadena. Estamos mejor que hace 10 o 20 años, pero debemos terminar de sentarnos en la misma mesa”.
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