Nilsa González: La Dama de Oro de Salto que conquista el mundo a puro esfuerzo y tortas fritas
En un mundo donde los sueños a menudo se ven truncados por la falta de apoyo, la perseverancia de Nilsa González brilla con luz propia. Esta incansable salteña, conocida por sus deliciosas tortas fritas en Plaza 33, ha trascendido las fronteras de Uruguay para convertirse en una modelo profesional reconocida internacionalmente, llevando con orgullo la cultura y la bandera de su país a cada rincón del planeta. Con una sonrisa inquebrantable y una energía contagiosa, Nilsa nos abre su corazón y comparte la emocionante travesía que la ha llevado a la cima.
Un camino de sacrificio y determinación
Nilsa González no es solo una cara bonita o un cuerpo esbelto; es un ejemplo de esfuerzo personal y resiliencia. «Siempre con esfuerzo personal. Eso es destacable», afirma, mientras luce con orgullo un vestuario típicamente colombiano, reflejo de sus recientes viajes. Su trayectoria en el modelaje es una historia de superación, comenzando desde cero para costearse cada pasaje, hotel, habilitación y todos los gastos asociados a representar a Uruguay en certámenes internacionales. «Es una carga bastante pesada para una sola persona», confiesa, detallando los desafíos de los vuelos con escalas, el equipaje y el cansancio acumulado tras años de preparación.
Pero a pesar de las dificultades, la satisfacción de lograr sus sueños es su mayor recompensa. «He podido tener la satisfacción de decir que he podido lograr bastantes sueños», expresa con emoción.
El Quijote contra los molinos de viento: Una lucha contra puertas cerradas
La historia de Nilsa es también la de una batalla constante contra la indiferencia y la falta de apoyo. «He golpeado todas las puertas. Muy agotada, sinceramente», relata, visiblemente cansada de años de negativas. Sin embargo, su espíritu indomable no le permite rendirse. «Yo soy una persona muy insistente y cuando me fijo una meta hacia ella voy y hasta que no lo logre no paro», declara, mostrando una personalidad emprendedora que la impulsa a alcanzar lo soñado.
Su vocación de representar a Uruguay en el exterior la llevó a buscar apoyo, pero la respuesta fue desalentadora. «Me fue bastante difícil por representar a mi país porque ya no era en el Uruguay», explica. A pesar de haber alcanzado el máximo título de «Dama de Oro» a nivel nacional, su deseo de llevar la cultura uruguaya al mundo se encontró con la fría realidad de la falta de recursos y respaldo institucional.
Más que una modelo: Cultura, idioma y preparación física
Nilsa desmitifica la idea de que una modelo es solo una cara bonita. Para ella, la representación internacional exige mucho más: «la modelo no solamente es una cara bonita, un cuerpo bonito tiene que tener cultura, idioma, tener una preparación física, tener un buen vestuario para poder participar en certámenes internacionales». Esta visión integral es la que la distingue y la impulsa a prepararse en todos los sentidos, demostrando que la belleza va de la mano con la inteligencia y el compromiso.
El apoyo incondicional del público y las tortas fritas con un fin noble
Detrás de la modelo internacional, está la mujer trabajadora que cada tarde, en Plaza 33 de Salto, vende sus famosas tortas fritas. Este humilde emprendimiento tiene un propósito noble: financiar sus viajes y proyectos. «Moneda con moneditas. Yo he ido juntando de a poco e ir girando al país que voy a viajar para que ya me reserven el hotel, para los vuelos», explica. Aunque el clima a veces dificulta su labor, la gente de Salto responde con entusiasmo, no solo por el exquisito sabor de sus tortas, sino también por el noble fin que persiguen. «La gente responde porque primero que las tortas son ricas. Y después que tienen un fin especial», afirma.
Nilsa se identifica con el águila: «así como anda volando muy alto también voy a la bajito y esa soy yo. Pero dignamente». Esta dualidad, entre el glamour de las pasarelas internacionales y la humildad de vender tortas fritas, es un testimonio de su carácter y su compromiso. «No me importa estar maquillada, arreglada para un evento, que estar también atendiendo al público, vendiendo torta», enfatiza, mostrando que la dignidad del trabajo no tiene límites.
Un pasado marcado por la injusticia y una visión de futuro
La historia de Nilsa también está marcada por un episodio doloroso: su desalojo del Parque Harriague, donde trabajó durante 52 años. «Fue una desocupación para mucha gente», recuerda con tristeza, lamentando la pérdida de su puesto de trabajo y la de otros vendedores ambulantes. La indiferencia de la intendencia anterior la llevó a tomar una postura firme en Plaza 33, donde también intentaron sacarla. «Ahí me saltó la guerrera, india, charrúa la guerrera», dice, defendiendo su derecho a trabajar dignamente.
A pesar de las adversidades, Nilsa siempre se mantuvo en pie, mostrando que no hay peor gestión que la que no se hace. «Me voy al barrio Federico Moreira. Al otro día me ven en el fondo del Ceibal. Al otro día o al otro fin de semana me encuentran en Salto Nuevo. Cuando me buscan en la plaza 33 estoy en el puerto. O sea que yo soy laborante, yo soy trabajadora», expresa con orgullo.
Conquistando el mundo: De Dama de Oro a Reina de las Américas
Hoy, Nilsa González no solo representa a Salto y Uruguay, sino que se ha convertido en una embajadora de la cultura en el mundo. Recién llegada de Medellín, Colombia, ya tiene invitaciones para Perú, donde competirá por el título máximo de Reina de las Américas. «Ya me gané, Dama Gold de las Américas, que significa oro dorada. Y yo no quiero ser una dama dorada, yo quiero ser lo que soy acá en mi país, una dama de oro», asegura, demostrando su ambición por alcanzar la cima del modelaje internacional.
Su labor va más allá de las pasarelas, trabajando con organizaciones internacionales en pro de comunidades vulnerables. «Estoy haciendo un trabajo social muy importante en el mundo ya a todo nivel», destaca.
Esperanza en el nuevo gobierno y un mensaje de optimismo
Con la llegada del nuevo gobierno en Salto, Nilsa abriga la esperanza de un cambio. «Confío, estoy muy contenta que tengamos ahora un nuevo gobierno porque es la esperanza para mucha gente, para el trabajador, para los artistas como yo», afirma. Espera ser escuchada y que se apueste verdaderamente a la cultura y el turismo, pilares fundamentales para el desarrollo del departamento.
Un ejemplo de empoderamiento y gratitud
Nilsa González es un faro de inspiración, especialmente para las mujeres. «Siempre es lo que yo estoy empoderando a las mujeres en el mundo ahora», dice, destacando su rol en las organizaciones internacionales que trabajan para comunidades vulnerables. Su historia es un testimonio de que con determinación y amor, se pueden superar todos los obstáculos y alcanzar los sueños más ambiciosos.
«No conozco el ‘no puedo'», declara con firmeza, demostrando que su fuerza reside en la convicción de que todo es posible. Con la gratitud a flor de piel, Nilsa agradece a las organizaciones internacionales que la convocan y a los ejércitos que la protegen en sus viajes. «La verdad que es hermoso salir, pero yo, la verdad que, muy sacrificado también por cuando llegas», concluye, invitando a todos a apoyar su causa comprando sus deliciosas tortas fritas en Plaza 33, una pequeña acción que contribuye a un gran sueño.