Los líderes europeos rebajan el tono para evitar un espectáculo con Polonia

Los líderes europeos rebajan el tono para evitar un espectáculo con Polonia

Bruselas esquiva la ‘guerra civil’ y tiende puentes tras la rebelión legal por la primacía del derecho europeo.

Evitar un circo, las broncas públicas y no caer en una espiral tóxica que se extienda y bloquee el día a día de la UE. La consigna, lanzada una y otra vez estas semanas desde la oficina del presidente del Consejo Europeo, era muy clara, y este jueves en Bruselas los líderes continentales la siguieron casi a rajatabla. Era inevitable hablar de Polonia, sobre Polonia y con Polonia. Era imposible obviar el desafío al Estado de Derecho, la amenaza de Varsovia al ordenamiento jurídico comunitario, y era una quimera que primeros ministros como el holandés Mark Rutte se callaran, pero Charles Michel temía la repetición de lo que pasó hace unos meses con Viktor Orban y la situación del colectivo LGTBI en Hungría y que la cumbre quedase monopolizada, eclosionada y no sirviera para mucho.

El resultado, dadas las circunstancias, fue razonablemente satisfactorio para el ala menos combativa. España y otros países querían que se hablara de energía, migraciones, economía y no enfangarse en algo que no tiene solución. Angela Merkel, en la que quizás es su última cumbre en Bruselas, apeló con el ejemplo más claro del que ha sido su método estos lustros: «Una avalancha de denuncias ante el Tribunal Europeo de Justicia no puede ser la solución», avisó. Hay países que tienen una idea diferente de lo que es y debería ser Europa, que cuestionan la idea de buscar ‘una Unión cada vez más estrecha’ o que prefieren más peso para las capitales. «El mejor lugar para debatirlo es la Conferencia sobre el Futuro de Europa», instó la canciller. Es su forma de abordar: evitar la fricción siempre que sea posible, delegar para diluir, esperar cuando no cree que sea el momento. Y ahora, dice, no lo es.

La decepción en la Comisión Europea, que es quien está sujetando el ariete desde hace años en el pulso con Varsovia, fue patente. Ursula von der Leyen es la que se tiene que pelear, la que dio la réplica a Tadeusz Morawiecki el martes en el Parlamento Europeo, la que es apuntada desde la Eurocámara por no hacer de guardiana de los Tratados. «Todos tenemos que asumir responsabilidades cuando se trata de proteger los valores fundamentales. Estoy deseando ver la discusión de los líderes», aseguró a su llegada la alemana, escasa de aliados. Mark Rutte se pronunció con claridad. ( El Mundo)