Los Himars estadounidenses entran en juego en Ucrania mientras Rusia se reagrupa en una “pausa operativa”
Los nuevos sistemas de cohetes enviados por Washington son utilizados por los ucranianos para su contraofensiva en el sur del país, mientras Putin viaja a Irán en busca de drones. La guerra de desgaste definirá quién llega mejor al invierno.
Los rusos bombardean en forma masiva para que las tropas entren marchando sobre las ruinas de las ciudades ucranianas. Pero no tienen suficientes fuerzas para mantener los territorios conquistados. Los ucranianos están cerca de recuperar varios pueblos y ciudades del sur gracias a los HIMARS, el poderoso sistema de lanzamiento de misiles, entregados por Estados Unidos. La guerra entró en una fase de “desgaste de fuerzas” para ver quién llega mejor al invierno. Será cuando Europa y Estados Unidos estén pagando las consecuencias del aumento de los precios de la energía, derivado de la guerra, y la gente tenga que optar entre la calefacción y la comida.
“Las fuerzas rusas se encuentran en medio de una pausa operativa en todo el teatro de operaciones en Ucrania. Esta pausa operativa se ha caracterizado en gran medida por el reagrupamiento de las tropas rusas para descansar, reabastecerse y reconstituirse; por el intenso fuego de artillería en zonas críticas para establecer las condiciones para futuros avances terrestres; y por los limitados ataques de sondeo para identificar la debilidad ucraniana y estructurar las respuestas tácticas adecuadas. Una pausa operativa no significa un cese completo de las hostilidades, sino que las hostilidades en curso son de naturaleza más preparatoria”, dice el último informe del Instituto para el Estudio de la Guerra (IWS).
Las tropas rusas están exhaustas. En cinco meses perdieron entre 37.000 y 15.000 combatientes, según las diferentes estimaciones, con otros 30.000 heridos, entre 1.000 y 1.600 tanques, más de 3.000 piezas de artillería y al menos 200 helicópteros y aviones. Básicamente, la ofensiva rusa está en manos de separatistas ucranianos, mercenarios y soldados sin mayor entrenamiento pertenecientes a las minorías étnicas del este del país. Vladimir Putin se niega a lanzar un reclutamiento masivo de jóvenes porque teme que eso desate una ola de descontento y protestas. Es por esa razón que volvió a utilizar la misma estrategia que ya usó en Chechenia y Siria: bombardear masivamente, sin importarle la infraestructura ni la reconstrucción, para que la infantería y los tanques avancen después sin mayores peligros. (INFOBAE)