Los conflictos siguen siendo los principales impulsores del hambre y la hambruna
La ONU cifra en 250 millones el número de personas que el año pasado sufrieron inseguridad alimentaria aguda, la cifra más alta registrada en los últimos años.
En una sesión del órgano de seguridad que debatió la estrecha relación entre la inseguridad alimentaria mundial y los conflictos, Reena Ghelani recordó que cinco de los siete países -Afganistán, Haití, Somalia, Sudán del Sur y Yemen- figuran regularmente en la orden del día del Consejo.
“Los conflictos armados destruyen los sistemas alimentarios, destrozan los medios de subsistencia y expulsan a la gente de sus hogares, dejando a muchas personas en situación de extrema vulnerabilidad y hambrientas. A veces estos efectos son consecuencia de la guerra, pero con demasiada frecuencia se infligen de forma deliberada e ilegal, y el hambre se utiliza como táctica de guerra”, destacó.
Las cifras que presentó Ghelani no engañan. El número de personas que el año pasado sufrió inseguridad alimentaria aguda alcanzó los 250 millones, la cifra más alta registrada en los últimos años.
La experta añadió que las situaciones de hambre provocadas por los conflictos se ven agravada por una mezcla tóxica de cambio climático y crisis económicas.
“Cada vez más, el cambio climático se está convirtiendo en un factor que multiplica las amenazas. A medida que la presión sobre el agua y otros recursos naturales aumenta la competencia y los desplazamientos, se extienden los conflictos y el hambre”, alertó.
De los diez países más expuestos a riesgos climáticos, siete están afectados por conflictos, seis cuentan con una misión de mantenimiento de la paz o una misión política especial de la ONU y cuatro tienen a más de un millón de personas a un paso de la hambruna. (ONU)