Los bloqueos navales son un acto de guerra, ¿qué quiere hacer Italia?
Tras la repentina afluencia de inmigrantes que desbordó la isla de Lampedusa, Italia se está apresurando a idear un método eficaz para frenar las nuevas llegadas, con una abierta disposición a poner a prueba los límites del Derecho internacional.
Las imágenes de Lampedusa, una isla de más de 6.500 habitantes abarrotada por la llegada en pocos días de más de 10.000 solicitantes de asilo, han desatado una nueva crisis política en Italia. El país arrastra desde hace tiempo la poco envidiable responsabilidad de ser el destino obligado de los migrantes que entran de forma irregular a la Unión Europea.
La primera ministra Giorgia Meloni, que el año pasado formó el gobierno de derecha más radical de la historia de Italia, reaccionó prometiendo tomar «medidas extraordinarias» para reducir drásticamente la afluencia de migrantes «gestionada por traficantes sin escrúpulos». Meloni hizo un llamamiento directo a Bruselas enmarcando la situación de emergencia en Lampedusa como una cuestión crucial en la que toda Europa debe responder unida.
En un discurso grabado, Meloni ha dicho que Italia quiere «un cambio total de paradigma: detener a los traficantes de seres humanos y la inmigración ilegal masiva aguas arriba, y centrarse en la defensa de las fronteras exteriores».
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, voló rápidamente a Lampedusa para presentar un plan de acción de 10 puntos que incluía en su mayoría viejas ideas, pero una propuesta llamó la atención de políticos y periodistas. «Explorar opciones para ampliar las misiones navales en el Mediterráneo», rezaba.
La elección de palabras no fue casual. Meloni había exigido una «misión europea, incluida una naval si fuera necesario» para evitar que las embarcaciones de migrantes llegaran a Italia. Su ministro del Interior, Matteo Piantedosi, pidió una solución aún más radical: un bloqueo naval. (euronews)