La universalización de la protección social en América Latina debe ser sistémica y fiscalmente sostenible, afirma el PNUD
Frente a la recuperación desigual en la región latinoamericana y caribeña, la agencia para el desarrollo aboga por un crecimiento económico cuyo motor sea el sector privado y destaca que para lograrlo hacen falta reformas que propicien la inversión empresarial. Agrega que la protección social no debe limitarse a los programas de transferencias.
A casi dos años del inicio de la pandemia de COVID-19, América Latina y el Caribe da señales de recuperación, con algunos indicadores clave al alza, como ocurre con el empleo. Sin embargo, este repunte es desigual y engañoso, y aún queda un largo camino por recorrer antes de que la región pueda recuperarse por completo de las crisis económica y social desatadas por emergencia sanitaria global.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Banco Mundial presentaron los resultados de la segunda fase de encuestas telefónicas para monitorear el impacto de la pandemia en la región, donde “la coyuntura se topó con la estructura”, según explicó Luis Felipe Calva director del PNUD para la región.
En conferencia de prensa, Calva señaló que para lograr una recuperación más equitativa, lo primero que necesita la región es crear el entorno propicio para que el sector privado sea el motor de un crecimiento incluyente y sostenible.
“Y eso requiere un Estado fuerte, efectivo y capaz de crear las condiciones, es decir, una institucionalidad sólida y niveles de confianza en los gobiernos”, dijo.
Agregó que en esa tarea, los organismos internacionales tienen que acompañar a los países y ayudarlos a cerrar las brechas de financiamiento, de conocimiento, de operación y de implementación de las reformas que hagan falta.
Calva destacó también la importancia de la legitimidad de los gobiernos puesto que se trata de “una región muy polarizada desde el punto de vista político”, por lo que hay que encontrar espacios donde se definan los objetivos comunes.