La tierra y las mujeres son oprimidas de la misma forma
El feminismo condujo a María Reyes a conocer el ecofeminismo. Fue así como entendió la explotación histórica de las mujeres y la tierra. María tiene 19 años, es mexicana y forma parte de la iniciativa MAPA del movimiento Fridays for future, que trabaja en favor de las personas y las áreas más afectadas por el cambio climático.
“La tierra y las mujeres son oprimidas de la misma forma. Son tratadas como territorios de conquista y son utilizadas como recursos”, afirma María Reyes una joven de 19 años de la ciudad mexicana de Puebla, estudiante de una licenciatura en biología y activista ambiental, que no duda en autodefinirse como feminista.
“Completamente. De hecho, llegué al movimiento climático a través del movimiento feminista. Por ahí bien dicen que una se hace feminista con su propia historia. Yo empecé en el feminismo desde que tenía doce años sin saber que estaba incursionando en el feminismo, sino más bien por una cuestión de supervivencia”.
El feminismo condujo a María a conocer el ecofeminismo. Fue así como entendió la explotación histórica de las mujeres y la tierra.
María forma parte de la iniciativa MAPA del movimiento Fridays for future, fundado por la activista sueca Greta Thumberg y que trabaja en favor de las personas y las áreas más afectadas por el cambio climático.
¿Por qué te interesaste por estas causas? ¿Cómo empezaste tu trabajo como activista?
“Siempre he tenido cierto interés por las cuestiones ambientales. En la escuela primaria nos enseñaban sobre el cambio climático, diciéndonos que era responsabilidad de todos y que teníamos que enfrentarlo cerrando la llave del agua, viajando menos en auto. Pero cuando empezó el movimiento de Fridays for future, en 2019, tenían una narrativa muy interesante que decía que nos habían hecho creer que es responsabilidad de todes, lo cierto es que hay sectores, empresas y gobiernos, ciertas industrias que tienen mucha más responsabilidad que un individuo promedio. Eso me hizo muchísimo clic y me uní al movimiento en mi ciudad, Puebla. Me di cuenta de que la crisis climática iba más allá de los impactos ambientales, también tenía impactos sociales que se interceptaban con las distintas identidades de las personas. Eso me movió mucho y me hizo darme cuenta de que la crisis climática es una crisis de derechos humanos y es una crisis de desigualdad.”
Además de Fridays for future, a principios de 2021, María encontró otros espacios internacionales para realizar su labor.
“Encontré específicamente MAPA, un espacio seguro para personas del Sur global y reforzó la idea de que la etnia, la raza, el género, las desigualdades socioeconómicas, las discapacidades nos hacen ser muchos más vulnerables a ciertos impactos de la crisis climática. Empezamos a empujar esta narrativa en el movimiento internacional para que hubiera un mayor reconocimiento de que la crisis climática es una crisis de desigualdad y no impacta a todas las comunidades de la misma forma”.
También el año pasado, María se involucró con ONU Mujeres, en el foro Generación Igualdad.
“Específicamente en la coalición de acción feminista por la justicia climática. Lo que hacemos es crear espacios para que mujeres y disidencias más afectadas por la crisis climática puedan compartir sus historias y que se conozca de qué forma les impacta esa crisis y cómo se relaciona con la desigualdad de género”. (Noticias ONU)