La incertidumbre climática y de mercado marca el inicio de la zafra de arroz en el norte: Karol Pinczack, productor de Artigas, comparte su visión
Con el inicio de la siembra de arroz en el norte del país, los productores se enfrentan a un panorama complejo, marcado por las recientes lluvias y una fuerte incertidumbre en los mercados internacionales. Karol Pinczack, productor arrocero de Artigas, ofreció un análisis detallado sobre la situación actual, destacando los desafíos económicos y la necesidad de priorizar la eficiencia en la producción.
Clima y agua: un respiro en medio de las demoras
A pesar de las intensas y constantes lluvias que han caracterizado el invierno, Pinczack señaló que los productores han logrado avanzar en la preparación del terreno. “Ha sido un invierno bastante complicado en el tema climático, con muchas lluvias intermitentes y un poco de demora en los trabajos, pero la mayoría de los productores ya tiene bastante área en condiciones de empezar a sembrar”, afirmó.
Una de las pocas certezas positivas es la disponibilidad de agua. El productor aseguró que, al igual que en la zafra anterior, las represas están en su mayoría llenas. “El tema del agua ha venido bien. Un tema de agua, creo que este año, igual que el año pasado, no vamos a tener problemas de bajar área por ese tema”, enfatizó.
La economía impone cautela y reducción de áreas
La principal preocupación, sin embargo, se centra en el ámbito económico. Pinczack explicó que la caída del precio internacional del arroz y la baja demanda han generado un escenario de “números muy, muy justos”. Esta situación, sumada a la reciente caída de un negocio importante con Panamá por un tema político, está llevando a los productores a ser más cautelosos.
Se prevé que el área de cultivo se reduzca a nivel nacional. Pinczack estima que la superficie sembrada podría rondar las 155.000 hectáreas, una bajante motivada principalmente por el negocio en sí. “Creo que algún productor va a eliminar alguna área que sea menos eficiente, que sea más cara de producir”, indicó.
Aumentan los costos de producción
Los costos de producción, lejos de disminuir, se mantienen en niveles altos. El productor artiguense mencionó que los costos superan los 2.000 dólares por hectárea, y que los insumos, como los fertilizantes, han experimentado un aumento de precio y una menor disponibilidad. Esto obliga a los productores a buscar estrategias para optimizar recursos. “Uno está buscando las mejores opciones, mejores fórmulas, ajustar los kilos por hectárea de fertilizante, a base de buenos análisis de suelo, y tratando de ajustar lo necesario para que el cultivo transcurra con normalidad y gastar lo menos posible”, detalló.
Rotación de cultivos y ganadería como alternativa
Ante la reducción del área de arroz, la pregunta es qué sucederá con esas tierras. Pinczack explicó que la decisión varía según la situación de cada productor. Sin embargo, en el norte, donde la mayoría son arrendatarios, la opción más común es la rotación de cultivos, destinando el área no sembrada a la ganadería.
Si bien algunos productores consideran el cultivo de soja o maíz con riego, el arrocero señaló que no es viable producirlos en la zona sin asegurar un buen suministro de agua, especialmente durante el verano. Pinczack confirmó que, en su caso, también se reducirá el área de cultivo en aproximadamente un 10% para llevar a cabo una rotación con soja y permitir que los campos descansen, una práctica esencial para el manejo del suelo.