La escalada de violencia en el fútbol brasileño es reflejo de la brutalidad fuera del estadio

La escalada de violencia en el fútbol brasileño es reflejo de la brutalidad fuera del estadio

Investigadores ven una relación clara entre los episodios extradeportivos y los incidentes en los campos de fútbol.

El sábado pasado (9), un policía criminal federal bolsonarista se sintió libre de invadir la fiesta de cumpleaños de un guardia municipal del PT y matarlo a tiros en Foz do Iguaçu. El miércoles pasado (13), un hincha del Santos se sintió libre para invadir el césped de Vila Belmiro y propinar una patada al portero corintiano Cássio, en el Santos.

Son, por supuesto, casos de muy diferente gravedad, con diferentes repercusiones. Pero no son episodios inconexos, de acuerdo con investigadores entrevistados por Folha sobre el recrudecimiento de la violencia en los estadios de Brasil. Se han reportado incidentes desde el comienzo de la temporada -incluso en un partido de juveniles, en el que hubo una invasión al campo y se encontró un cuchillo en el césped-, pero parece que se han incrementado en las últimas semanas. El problema de Santos ni siquiera fue el único vivido en la jornada del miércoles.

«No podemos pensar en la violencia en el fútbol como desconectada de la sociedad brasileña. Vivimos en una sociedad cada vez más violenta, tanto por parte de la dinámica social como por parte de las autoridades policiales, que deben velar por la seguridad de los ciudadanos», resume Flávio de Campos, coordinadora del Ludens (Centro Interdisciplinario de Estudios sobre Fútbol y Modalidades Lúdicas) de la USP (Universidad de São Paulo). «En las últimas semanas hemos vivido lamentables episodios de violencia. Voy a recordar dos. El asesinato del chico, un motociclista, en Sergipe, en una cámara de gas dentro de un vehículo de la Policía Federal, policías matando a un pobre simplemente por la perversidad de matar. Y, ahora, el asesinato del militante del PT, en su fiesta de cumpleaños. La violencia está muy extendida en la sociedad», agrega el investigador. (Folha Internacional)