Investigan un supuesto caso de cautiverio y violencia contra 3 menores

Investigan un supuesto caso de cautiverio y violencia contra 3 menores

El Juzgado de Familia dispuso medidas para un hombre mayor a los 50 años por el presunto delito de abuso sexual en perjuicio de su hijastra; sin embargo habría mucho más detrás de esto ya que según denuncian las propias víctimas éste sometía a cautiverio y castigos físicos a los tres hijos de su pareja, dejándolos encerrados con candado y sin proporcionarles alimentos. Pero el caso suma otro condicionante: las denuncias que vecinos aseguran haber hecho de manera anónima a través de la Línea Azul de INAU “pero nunca hicieron nada.

Es más, vinieron una vez a la casa, les preguntaron si estaba todo bien y encima les dijeron que estaban ahí porque los vecinos los habían denunciado”, contó una testigo a EL TELEGRAFO, quien espera ser citada “poder estar frente a un juez y contarle todo”. En tanto, el juez que intervino dispuso que la prohibición de acercamiento y comunicación del hombre con los menores, así como la obligación de cumplir con una pensión alimenticia, todo ello por el plazo de 180 días, mientras se continúa con las acciones por la vía penal.

ESCAPÓ DE LA VIOLENCIA

Tras varios años de abusos, apremios físicos con cadenas y mangueras, según habrían relatado los menores, uno de ellos se cansó y dijo basta. La situación ocurrió en la víspera cuando el hombre mandó a su hijastro de 12 años a hacer un mandado, luego de haberle propinado una paliza a su hermanita. Esa situación llevó a que el menor aprovechara que estaba en la calle para escaparse hacia la casa de una tía materna, desde donde dijo no querer volver ni salir más. Enterada, la madre del niño le pidió a una vecina que acompañara a su hija adolescente de 15 años a buscarlo, instancia en que la jovencita también vio la posibilidad de ser escuchada y contó que era víctima de abusos por parte de su padrastro desde hacía varios años, además de dejarlos encerrados hasta por tres días con candado, sin darles comida ni agua, entre otros castigos. Estupefactos por la historia, los tíos maternos dieron cuenta a la Policía, a lo que sumó la denuncia de la vecina que escuchó todo lo que narraban los menores. En la noche de ayer, en tanto, móviles policiales se dirigieron a la casa del hombre desde donde fue retirado esposado, en medio del abucheo de los vecinos y familiares que admitieron saber que los menores eran víctimas de violencia, pero que aún habiendo hecho denuncias anónimas nunca nadie los escuchó. Otros en tanto indicaron que desconocían lo que ocurría puertas adentro, pero que la actitud de los menores les llamaba la atención.

TODOS SABÍAN…

“Denuncié en la Línea Azul (0800 5050) del maltrato, no sabía del abuso sexual, pero sí que los tenían encerrados, siempre acostados, nos les daban de comer, les ponían la puerta con candado en el cuarto”, dijo una vecina. Cuando fueron las visitadoras de INAU “hace un par de años dijeron que estaba todo bien y que en realidad habían ido porque los vecinos denunciaron, nunca más aparecieron o para hacer un seguimiento siquiera. A raíz de esto hemos tenido problemas con ellos, entonces no volvimos a insistir con denuncias esperando que algún día alguno de ellos tres se animara a contar lo que les pasaba. Solo vinieron a advertirlos de la denuncia, en vez de investigar”, agregó. En la zona –dijo– “todo el barrio sabe de cómo estaban los niños y que no les permitían ni salir de la casa, menos los ibas a ver solos. Si los veías sentados en la vereda era solo estando el padrastro al lado, que parecía los tenía controlados hasta con la mirada. Estaban ahí sin moverse, que un chiquilín juega, corre, anda en la vereda misma, pero ellos no. Sentaditos y pidiendo permiso hasta para ir al baño”. Respecto a lo disposición del Juzgado de Familia, indicó su sorpresa al ver que los menores volvieron a la casa del encierro. “Pensamos también que la madre iba a quedar detenida o algo, porque ella vive ahí, por ende no puede decir que no sabía lo que pasaba. Esperemos que los niños esta vez sí puedan ser atendidos por profesionales y puedan sanar. Lo que parece una locura es que el hombre esté libre, solo con prohibición de acercamiento, que sabemos que puede violar en cualquier momento porque los niños hablaron y el miedo que tienen a que él se aparezca y pase algo más grande es tremendo. La verdad es muy triste todo lo que han pasado estos nenes. Pero por suerte se llenaron de valor y hablaron. Confío en que con acompañamiento de sicólogos puedan animarse a contar más”, dijo una de las principales involucradas para que el caso salga a la luz. (TELEGRAFO)