Explosiva queja en la Junta de Durazno: «vagos orinan, roban, tienen sexo en la vía pública y amenazan»

Explosiva queja en la Junta de Durazno: «vagos orinan, roban, tienen sexo en la vía pública y amenazan»

Este jueves durante la Sesión Ordinaria de la Junta Departamental, el edil Carlos Kuster de Cabildo Abierto, expuso preocupantes casos de «inseguridad y vagancia» que afectan a los habitantes del centro del país. Señaló específicamente la situación en la zona de Gallinal, entre Ruta 5, Washington y las calles adyacentes, donde los vecinos se enfrentan a una serie de desafíos diarios debido a la presencia de individuos que realizan actos delictivos y perturbadores.

Transcripción duraznodigital

«Me voy a referir a un tema más que recurrente, expresado, además, por otros colegas de diversas divisas partidarias, al que le buscamos la vuelta por donde sea, pero las soluciones no aparecen; y es precisamente referido a la inseguridad y a la vagancia, que abunda en Durazno.
Hago mención a la zona de Gallinal entre Ruta 5, Washington y las calles circundantes. Los vecinos están siendo, literalmente, azotados por un grupo de vagos, atrevidos, irrespetuosos y degenerados.
Piden dinero en los semáforos de Gallinal y Ruta 5. Toman vino todo el día y también por la noche y madrugada, porque adquieren bebidas en un ’24 horas’ de la zona. Roban, van tanteando las puertas de los autos, hacen sus necesidades en plena vía pública o vereda, y hasta se los ha visto teniendo sexo sin ningún pudor ante el paso de niños y demás transeúntes.
Se meten sin permiso en cualquier casa, techo, vereda, todo les sirve, desordenan y sacan basura de las volquetas, arrancan sus tapas en ocasiones. Se juntan 8 ó 10 y gritan por la madrugada, se pelean y no dejan dormir a los vecinos que tienen que descansar, para levantarse a trabajar al otro día para llevar el pan a su mesa y pagar sus impuestos, inclusive, para cumplir con la sociedad.
También se aprovechan de menores y de personas mayores, obligándolas a darles dinero con amenazas. A raíz de estas quejas que me plantearon los vecinos, totalmente desesperados, ante el no saber qué hacer, mantuve entrevista con un jerarca policial de la zona y, precisamente, me comentaba que ellos intervienen, y lo que hacen es hacerlos ir de los lugares donde se aglomeran con sus cosas y llevan a cabo sus actividades.
Se imaginará, señor Presidente (de la Junta Departamental), que ninguna de esas actividades son educación, cultura o zonas de esparcimiento, por supuesto, no. Pero la policía, más que correrlos de donde están molestando, no puede hacer, porque la Fiscalía dice que son ciudadanos que gozan de libertad ambulatoria.
Ahora yo me pregunto, señor Presidente, ¿Cuál es el concepto de libertad ambulatoria? ¿Libertad ambulatoria… bajarse los pantalones en la calle a plena luz del día, en presencia de una madre con su niña que transita por la derecha y ponerse a hacer sus necesidades como si tal cosa?
¿Libertad ambulatoria es mantener relaciones sexuales en la vía pública como si fueran perros callejeros? ¿Libertad ambulatoria es parar a los ancianos y menores y meterles la pesada y mediante miedo sacarles dinero, o como a un niño que le quisieron sacar el refresco que llevaba para la casa?
¡Vaya libertad ambulatoria por Dios! Yo a esto que están pasando y padeciendo estos vecinos le llamo despiole, por no decir otro término. Le llamo libertinaje, le llamo falta de responsabilidad de quien dice que esto es libertad ambulatoria. Se llama inoperancia judicial.
Digo que acá a nadie le importa nada que la sociedad se nos caiga pedazo a pedazo; la vemos derrumbar y lo tomamos como que no hay nada para hacer y que solo nos queda resignarnos a que debemos estar sometidos al abuso, al atropello, a unos vagos degenerados, a la prepotencia, a la pérdida del derecho de vivir decorosamente y que no nos respeten como personas.
¿Hasta cuándo, señor Presidente, seguiremos en este yugo que nos condena como sociedad? Les puedo asegurar que seguiré levantando mi voz una y mil veces en contra del malandraje que nos atropella (porque otro apelativo no les cabe), en defensa de todos los duraznenses que queremos vivir en paz, que merecemos nos respeten los verdaderos derechos humanos que nos violan día a día, minuto a minuto, a todos.
Esto es insoportable y nos encontrarnos ante un poder político incapaz de modificar las normas que conduzcan a la verdadera seguridad pública y ciudadana y la complicidad de una Justicia que acá en Durazno ni siquiera aplica la Ley de Faltas y de esa manera deja al delincuente con una impunidad que asombra, desprotegiendo así al ciudadano de a pie, al que trabaja, al honesto, en fin, así estamos. Al propio niño y niña que va a la escuela tiene miedo porque no pueden llevar ni la mochila por estos sinvergüenzas y vagos (…)

Pero debemos resistir, oponernos a todo esto y no resignarnos. Debemos exigir que nos protejan y se apliquen las normas que existen, porque existen normas para que este tipo de hechos sean sancionados. Solicito que mis palabras pasen al Ministro del Interior, a la Fiscalía General de la Nación, a la Cámara de Senadores y Diputados. Muchas gracias, señor presidente» (DURAZNO DIGITAL)