Eran “amigos con derechos” y terminó condenado a seis años de prisión por violarla
Todo ocurrió en Tierra del Fuego. El era policía; ella, hija de un fiscal. Fue condenado por accederla por la fuerza y sin preservativo. Los detalles de la acusación y la versión de la defensa, en un caso que habla de los límites del consentimiento.
Se conocieron en 2015 en la escuela superior de policía cuando él aspiraba a integrar las filas de esa fuerza y ella fue a acompañar a su padre, fiscal federal, que daba clases a los futuros uniformados. Cruzaron teléfonos y se empezaron a hablar por redes sociales. Ella vivía en Buenos Aires, pero cuando iba a Río Grande a visitar a su familia se cruzaban. La relación fue clara para los dos: se hicieron “amigos con derechos”, según la describieron ambos. Se veían y tenían relaciones sexuales, sin ataduras o compromisos. Pero todo cambió en la mañana del 1 de enero de 2019.
Ella había viajado a pasar las fiestas con su familia. Después de la cena de fin de año, se cruzaron vi en un boliche, “Maldito Ibiza”. Cada uno estaba con amigos. Se fueron juntos, pasaron a buscar las llaves de la casa de él que no las tenía encima y se acostaron. Ella le aclaró que si no tenía preservativo no iba a pasar nada. Él guardó silencio. Ella fue al baño, se sacó la bombacha pero no la ropa y volvió a la habitación. Empezaron a besarse y él insistió, pero ella repitió que sin preservativo nada. Por esos días ella no estaba tomando pastillas anticonceptivas y, como no tenían una relación estable, no sabía si él se había cuidado. Él le reprochó que dudara de él, pero entonces le propuso jugar: avanzar sin penetración y ella aceptó.
Ese fue el comienzo de la causa que días atrás llegó a una condena para el acusado: a Maximiliano Gérez lo encontraron responsable de abuso sexual simple y lo condenaron a seis años de prisión. El fallo, al que tuvo acceso Infobae, permite reconstruir qué pruebas valoró el tribunal de juicio en lo criminal del Distrito Judicial Norte de Tierra del Fuego a la hora de decidir su veredicto.
La versión del acusado. Durante el debate, en su indagatoria, el acusado, de 27 años, negó la denuncia y dio otra versión de lo sucedido. Explicó cómo se habían conocido y aseguró que siempre que se veían tenían encuentros sexuales, consentidos y sin preservativo. Es más, aseguró que a ella “le gustaba que la ahorque, que la ate”. “Ella tenía una mente sexual más abierta y la seguía porque le gustaba. De haberla ahorcado, tal como me pedía, hoy estaría preso”.
Aquella noche, asegura él, ella le insistió para verse y en el boliche intentó besarlo, algo a lo que él se negó porque estaba su novia. Pese a eso, cuando su pareja ya se había ido, se fueron juntos a su casa. Según aseguró en la indagatoria, se besaron, se tocaron y “el tono fue subiendo”, vio que no tenía bombacha, le practicó sexo oral, pero ella “nunca dijo nada del preservativo ni que no la penetre”. Aseguró que tuvieron relaciones “vaginales, pero no anales; fue como siempre, un día normal de juntada con ella”. Se quedó dormido y al despertar estaba solo.
En su declaración, el acusado afirmó que antes del encuentro sexual le había dicho que “quería hacer las cosas bien con su novia para formar algo” y tenían que dejar de verse. Y afirmó que pensó que lo había entendido porque ella también “tenía novio o novia, ya que es bisexual”. Le mandó mensajes preguntándole por qué se había ido pero no tuvo respuestas y a los dos días le allanaron el departamento. “Me quería morir, no podía entender tanto despecho”.
“Nunca forcé a nadie para tener relaciones sexuales. Me cagaron la vida -dijo-. Soy inocente de todo lo que se me imputa. No puedo creer que hay cuatro versiones de declaración testimonial diferente. Hablan y se meten en mi oficio diciendo que tienen miedo a la policía, cuando el que debería tener miedo soy yo. Soy un simple civil en este momento que va contra la familia de un fiscal federal”, afirmó. (INFOBAE)