El valioso trabajo de Nora Ruppel: 30 años de oportunidades para personas con síndrome de Down en Salto

El valioso trabajo de Nora Ruppel: 30 años de oportunidades para personas con síndrome de Down en Salto

En diálogo con «Propuesta Diferente» por Radio Tabaré, Nora Ruppel, presidenta de la Asociación Down de Salto, brindó un panorama detallado sobre la situación actual de la institución y sus 30 años de trabajo ininterrumpido en la promoción de los derechos y la creación de oportunidades para personas con síndrome de Down y otras discapacidades.

Ruppel, quien destacó el papel de la asociación como una organización sin fines de lucro, recordó que, desde su fundación en 1986, la lucha por un espacio propio fue constante. Hoy, la asociación cuenta con un local en comodato, ubicado en la calle Brasil 1265, donde se llevan a cabo una variedad de talleres para 35 personas con síndrome de Down y otras discapacidades intelectuales, cuyas edades oscilan entre los 13 y 46 años.

Más que un centro de talleres

La presidenta explicó que el trabajo de la asociación no se limita a las aulas. Si bien los talleres —que incluyen áreas como pedagogía, informática, cocina y arte— son una parte fundamental, la institución también se enfoca en la lucha por el cumplimiento de los derechos de las personas con discapacidad, tanto a nivel social como político. “Somos una especie de monitor que está cuidando y tratando de que eso se cumpla, y de seguir adquiriendo más derechos”, afirmó.

La financiación de la asociación se basa en una partida anual del Ministerio de Economía y en el subsidio AGEX (Ayudas Extraordinarias) del BPS, que los usuarios transfieren a la institución. Los padres de las personas con discapacidad son quienes conforman la comisión directiva, que se renueva cada dos años por votación, lo que asegura que la conducción de la asociación esté siempre en manos de quienes viven la realidad de cerca.

Además, el apoyo se extiende a las familias de niños pequeños. La asociación brinda un acompañamiento emocional y de estimulación temprana, considerado crucial para el desarrollo futuro de los niños. En total, la organización mantiene contacto con aproximadamente 200 personas, incluyendo a los estudiantes y a las familias de los niños menores de 13 años.

La inclusión laboral: un desafío en curso
Uno de los temas más relevantes de la entrevista fue la inclusión laboral. Nora Ruppel enfatizó que la asociación está trabajando arduamente para visibilizar a las personas con síndrome de Down como individuos capaces de ser autónomos y responsables. En este sentido, están impulsando talleres de empleabilidad para preparar a sus usuarios para el mercado laboral.

Ruppel comentó que, si bien existen leyes que promueven esta inclusión —como la que establece que el 4% de los puestos públicos deben ser ocupados por personas con discapacidad intelectual, algo que, según ella, no se está cumpliendo—, aún hay un largo camino por recorrer. A pesar de los desafíos, la presidenta de la asociación mantiene la esperanza de que, con las herramientas adecuadas y el apoyo de la sociedad, se puedan crear más oportunidades de empleo a largo plazo.

El rol clave de la comunidad

La presidenta también destacó la importancia de que la sociedad salteña comience a ver a las personas con discapacidad con una nueva perspectiva. “Empezar a mirarlos como alguien capaz de ser autónomo, de realizarse, de hacer cosas, de aportar, y como alguien también con muchas ganas de eso”, señaló, y añadió la necesidad de ver a estos individuos por lo que son en su edad cronológica, superando la tendencia a tratarlos como niños.

Para visibilizar su trabajo y fomentar la integración, la asociación planea una jornada de puertas abiertas para celebrar su 30 aniversario. En este evento, los propios estudiantes serán los guías, mostrando las instalaciones y explicando las actividades que realizan en los talleres. Además, se están organizando exposiciones de arte y música, y se mantienen intercambios constantes con otras instituciones educativas.

Al finalizar la entrevista, Nora Ruppel agradeció el espacio y envió un mensaje de confianza y esperanza: “El bienestar de uno hace posible el bienestar de todos”. Su testimonio deja en claro que la Asociación Down de Salto no solo es un lugar de aprendizaje, sino un motor de cambio social que, con el apoyo de la comunidad, continúa derribando barreras y construyendo un futuro más inclusivo.