El Mundial no disimula las internas: el crudo mensaje K sobre el deterioro del poder presidencial y el 2023

El Mundial no disimula las internas: el crudo mensaje K sobre el deterioro del poder presidencial y el 2023

El kirchnerismo sostiene que la crisis interna fue precipitada por la intención de dar por cerrado el ciclo de CFK. Lo atribuyen a la lectura del resultado de las PASO de 2019 y a la imagen de Alberto Fernández en el inicio de la pandemia. Es una advertencia con vistas al armado electoral.

Apenas unas horas antes del arranque de la Selección en el Mundial, cuando nadie esperaba el sacudón inicial, el kirchnerismo expuso por primera vez de manera cruda su visión sobre el deterioro del poder presidencial. Puso las culpas en Olivos y justificó, sin decirlo, su reacción ácida: una escalada para demoler la creencia de Alberto Fernández sobre el capital político que podía considerar propio, en base a las elecciones de 2019 -en especial, el inesperado número de las PASO- y los índices de “popularidad” que decían las encuestas en los primeros meses de la pandemia. No pareció sólo un análisis sesgado de la crisis doméstica, sino a la vez un mensaje para el armado del 2023.

La exposición estuvo a cargo de Andrés “el Cuervo” Larroque. El funcionario bonaerense e integrante de la conducción de La Cámpora es un dirigentes con kilometraje político. Dijo lo suyo en una entrevista con Carlos Pagni. Y fue directo. “El problema empezó el 11 de agosto de 2019 con el resultado de las PASO, que fue inesperado” afirmó, y agregó: “Se agravó con esa popularidad de la pandemia”. Fueron los puntos destacados como causas del “deterioro” en la relación de Alberto Fernández con Cristina Fernández de Kirchner.

Esos dos momentos y -no lo expresó así- el ruido con escaso contenido sobre la construcción del “albertismo” asomaron como un verdadero desafío a CFK. No era el plan original cuando la ex presidente movió las fichas para armar el Frente de Todos. De manera mecánica, ese quiebre habría sido ingrediente fundamental de un “desperdicio de poder”, que junto al incumplimiento de promesas sociales -con agregados inesperados como el COVID- erosionan la credibilidad y colocan al oficialismo en situación más que delicada.

La vuelta del discurso es evidente: el conflicto fue gatillado por las ambiciones presidenciales, basadas en el presupuesto de relegar a CFK. Es decir, el kirchnerismo actuó a la defensiva. Esmeriló durante meses el poder de Olivos y ahora lo deja en lugar secundario, con la ex presidente al frente de una especie de salvataje de la gestión y de la coalición de Gobierno frente al desafío electoral. Es significativo el lugar que se reserva el kirchnerismo. (INFOBAE)