El ataque de Bondi incluyó bombas caseras que no llegaron a explotar
El padre y el hijo acusados de matar a 15 personas durante un tiroteo masivo en la playa de Sídney, Australia, también arrojaron artefactos explosivos contra la multitud congregada para celebrar la festividad judía de Janucá.
Los dos familiares acusados de perpetrar el ataque en la playa de Bondi, en Sídney, lanzaron artefactos explosivos de fabricación casera contra la multitud, incluidas bombas ocultas en pelotas de tenis, que finalmente no llegaron a detonar, según informó la Policía australiana. El ataque causó la muerte de 15 personas.
Las novedades se conocen después de que el atestado policial se hiciera público tras la comparecencia judicial por videoconferencia del principal acusado, Naveed Akram, desde un hospital de Sídney este lunes. Tanto él como su padre participaron en entrenamientos con armas de fuego en una zona rural de Nueva Gales del Sur, a las afueras de la ciudad, según documentos policiales citados por la cadena pública ‘ABC’.
Según la investigación, ambos habían planeado el ataque durante varios meses. La Policía señala que el padre, de 50 años, abatido en el lugar de los hechos, dejó grabado un mensaje en el que justificaba la acción. Los investigadores creen que los dos hombres habían jurado lealtad al grupo yihadista Estado Islámico. En su vehículo se encontraron banderas del grupo terrorista y al menos dos artefactos explosivos improvisados.
Tras despertar del coma inducido, Naveed Akram fue acusado de 59 delitos, entre ellos 15 cargos de asesinato, 40 por causar daños con intención de matar a los supervivientes heridos y uno por la comisión de un acto terrorista. A principios de mes, él y su padre abrieron fuego contra los asistentes a un acto que marcaba el inicio de un festival de Janucá en la popular playa de Bondi. Se trata del peor tiroteo masivo en Australia desde 1996, cuando un atacante mató a 35 personas en Tasmania.
A pesar de contar con algunas de las leyes de control de armas más estrictas del mundo desde el tiroteo masivo de hace casi tres décadas, el Gobierno del estado sudoriental de Nueva Gales del Sur ha presentado este lunes ante el Parlamento nuevos proyectos de ley que restringirían aún más la tenencia de armas de fuego.
Según las nuevas restricciones, tener la ciudadanía australiana pasaría a ser una condición para optar a una licencia de armas de fuego y se limitaría a cuatro el número de armas de fuego que un individuo puede poseer, con la exclusión de determinados colectivos como los agricultores.
«La legislación prohíbe la exhibición pública de símbolos terroristas, proscribe la violencia y la incitación a la violencia en Nueva Gales del Sur y otorga a la Policía mayores poderes durante las reuniones públicas», ha declarado el gobernador de Nueva Gales del Sur, Chris Minss. «También introduce las reformas más estrictas del país en materia de armas de fuego. Restringe el acceso a las armas de alto riesgo, reforzando los regímenes de licencias, almacenamiento y supervisión en el Estado».
Minns ha reconocido que el cambio legislativo se topará con opositores tanto en el Parlamento como en la opinión pública. «En muchas de las medidas que proponemos he oído a miembros del público decir que hemos ido demasiado lejos, pero creo firmemente que estos cambios en la ley y en la legislación de Nueva Gales del Sur son fundamentalmente importantes para mantener a salvo a la población de este estado».
EURONEWS