Si bien el hombre admitió su culpabilidad una vez que los efectivos policiales arribaron a la casa luego de la denuncia, los investigadores aún no han podido determinar cuál fue el motivo para cometer los crímenes. En parte, esto se debe a que el joven dio versiones distintas durante el transcurso de los hechos.
El caso se inició el pasado martes, una vez que dos compañeros de trabajo del padre de la familia —ambos arquitectos— fueron hasta la casa, porque este había faltado sin previo aviso por dos días seguidos y no contestaba ni mensajes ni llamadas.
Allí, fueron atendidos por el homicida, quien les dijo que su padre y su madre se habían ido “de paseo”. Ambos vieron que el auto de la familia estaba estacionado en el garaje, por lo que le preguntaron al joven en qué se habían ido, a lo que contestó que lo habían hecho en ómnibus.
Los profesionales dudaron del relato y notaron una actitud sospechosa, así que optaron por apersonarse en la seccional y radicar la denuncia. Luego de iniciado el reclamo, los efectivos llegaron al lugar, vieron los tres cadáveres e interrogaron al joven.
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