Contra flor al resto y truco… y también vale cuatro…

Contra flor al resto y truco… y también vale cuatro…

Al finalizar el año, los productores siguen apostando fuerte al sector, Rurales El País también

Por Pablo D. Mestre

No hay nada más inflacionario que el pasto, decía mi abuelo Sorondo cuando las lluvias regaban los campos de la quinta sección de Cerro Largo haciendo que los animales ganaran un volumen de carne directamente proporcional con su buen estado de ánimo. Basado en ese recuerdo, de hace medio siglo, este 2025 fue bendecido por el clima y esto justifica en gran parte el buen estado de ánimo de los productores en general, pese a que seguimos viviendo en un país caro en varios sentidos y por diversos motivos.

A este factor clima, se le sumó el buen año del mercado internacional para las carnes, cerrando con un promedio del entorno a los US$ 5.000 por tonelada exportada, factor determinante para el precio que recibieron los productores que, con leves oscilaciones, se mantuvo y no ha bajado de la barrera “casi psicológica” de los 5 dólares en el segundo semestre. Además, con un nivel de faena de prácticamente 2,4 millones de cabezas, que habla de una nutrida actividad en las plantas frigoríficas, a pesar de los sabidos problemas de competitividad que han enfrentado en el año.

La faena fue mayor y además con animales con carcasas más pesadas, que refleja la mayor inversión en genética que realizan los productores ganaderos desde hace mucho tiempo. En este punto, además, la zafra de venta de reproductores cerró un año magnífico, no sólo con aumento en el volumen de ejemplares vendidos, sino con un incremento de más de un 20% en el valor promedio de los mismos. En muchos de los remates se notó además la especial preocupación de los criadores en adquirir toros elegidos por sus datos objetivos, pensando en las mejores combinaciones en sus rodeos.

El 2025 también fue un año donde se hizo evidente el crecimiento de los corrales de engorde desde donde sale prácticamente el 30% de los novillos que se faenan y va en aumento. Es un rubro que, además de fomentar la sinergia con la agricultura, transformando granos en carne, le da previsibilidad al negocio.

Si miramos lo que viene, el constante aumento en la cantidad de consumidores de carne en el mundo, sumado a la menor producción en países claves, como Estados Unidos, hacen que, pese a los vaivenes políticos y arancelarios, exista optimismo para la ganadería.

En las chacras, según se puede comprobar en Valor Agrícola, portal que tiene a Hernán T. Zorrilla como editor, la colza en invierno y el maíz en verano son los cultivos que tuvieron mejor rentabilidad. El arroz tuvo el mayor volumen de su historia y otra vez el rendimiento promedio por hectárea fue “top 3” de la serie histórica. Claro, el cultivo enfrenta el desafío por la crisis de precios. El trigo y la cebada, si bien con precios bajos, una vez más tienen muchísima productividad, y rendimientos casi récord.

En materia agrícola, la soja aún con precios bajos, vuelve a tener mucha superficie, 1.250.000 hectáreas, según Urupov y sigue siendo el cultivo rey en el país.

Los agricultores no enfrentan un buen panorama de precios, en un país que además es caro, pero empujan para adelante y zafra tras zafra sacan productividades top a nivel mundial. Especialmente en trigo y arroz. O sea, a pesar de todo, el productor uruguayo es eficiente y cumple con su parte.

En contrapartida con esta realidad, uno de los problemas que afecta a todo el sector por igual es el tipo de cambio. Hablando hace unos días con Polo Amorim, destacado productor y dirigente, me hizo una reflexión, en el sentido que, en el debate económico uruguayo, el atraso cambiario suele justificarse como un precio aceptable a pagar por estabilidad, control de la inflación y mejora del salario real. Sin embargo, la evidencia -histórica y actual- muestra que se trata de una política que redistribuye ingresos en el corto plazo a costa de deteriorar la base productiva y postergar, de manera sistemática, el crecimiento económico.

En el mismo sentido, cuando entrevistamos junto con Martín Olaverry, en Hablemos de Agro, a Gonzalo Ducós, analista, asesor, manejó el concepto que el dólar bajo “es nuestra retención”, mencionando que el atraso cambiario erosiona la rentabilidad pese al buen momento de precios.

Con ese escenario, en Rurales El País seguimos apostando al sector, como lo ha hecho el diario desde hace más de un siglo. Eso se refleja en los números de este 2025, cuando hicimos más de 1.100 páginas dedicadas exclusivamente al rubro. Fueron 52 Suplementos de domingo, con 780 páginas, lo que da un promedio 15 por edición. Además, hicimos 321 páginas de Rurales en los diarios de lunes a sábados.

Por eso decimos que Rurales El País es “la elección de un sector”, que nos prefiere, por lo cual estamos sumamente agradecidos a los lectores y a las empresas que confían en nosotros para invertir.

Pero, lejos de dormirnos en los laureles, en 2026 vamos por más. Para ello hicimos una valiosa incorporación al staff, desde enero tendremos el aporte de Luis Silva, periodista de larga trayectoria, básicamente en el norte del país, con una dilatada actividad tanto en diario Cambio, como en Radio Tabaré, en Salto, así como también en Tardáguila Agromercados.

Basados en nuestra rica historia que nos compromete, seguiremos apostando al agro, como lo hacen los productores en todo el país, quienes, más allá de los problemas, cuando les va bien, no se guardan nada e invierten en genética, en mejoras del campo, en riego, hasta en alambres, o pinturas en la estancia. Porque, venga como venga la mano, responden. Y cuando “orejean” las cartas, van con todo, por la contra flor al resto, por el truco y si le gritan retruco, van por el vale cuatro también.

Feliz año para todos.

 

Rurales El País