Con participantes de seis países se concretó la primera travesía de kayaks que unió Salto y Paysandú
Con kayakistas de seis países se realizó la primera travesía Salto-Paysandú, organizada por el salteño Bernardo Agüero. Se partió desde aguas abajo de la Represa de Salto Grande, luego por Salto Chico hasta llegar a la Meseta de Artigas con un recorrido de 42 kilómetros el primer día. El segundo día fue desde la Meseta hasta la desembocadura del Arroyo Malo, donde fueron 33 kilómetros más y se instalaron a acampar para proseguir al día siguiente hacia una isla del Queguay, descansar en la noche y arribar en el cuarto día a Paysandú.
LA ORGANIZACIÓN
El kayakista expresó al diario El Telégrafo que debió solicitar «permisos a las autoridades correspondientes en coordinación con los servicios de salud de la zona por cualquier imprevisto que pudiera surgir; aviso a la policía también y a Prefectura». Además, el equipo contaba con una embarcación de apoyo y botiquín médico, gente preparada en primeros auxilios y «una cantidad de elementos que hacen a la seguridad, comunicación radial VHF entre nosotros en todo momento».
La lista de participantes creció de tal manera que «llegamos a remar al mismo tiempo 42 embarcaciones. Se fueron bajando algunos que hicieron una parte de la remada y por otro lado algunos se unieron en la Meseta de Artigas al igual que en Arroyo Malo».
Hubo participantes de Montevideo, Colonia, Mercedes, Paysandú y Salto; desde Argentina vinieron de Zárate, Santa Fé, Paraná, Concepción del Uruguay, Concordia y Chajarí. También de Brasil «se hicieron 1.000 kilómetros para llegar y 1.000 para volver a sus casas; también un chico colombiano que vive en Argentina y una chica de Paraguay; la presencia de una chica de República Checa que, si bien vive ahora en Uruguay, hace que haya sido una remada internacional», comentó Agüero.
NO APTA PARA PRINCIPIANTES
La remada no era apta para principiantes por la duración y «las características que el río Uruguay puede llegar a tener con viento sur. Por suerte no hubo viento y fue muy tranquila, pero las condiciones pueden cambiar de un momento a otro y no se podía estar jugado a la impericia de un kayakista principiante».
El kayakista salteño hace más de 25 años que rema en canoa. Padre de Felipe, que no pudo estar por sus compromisos con la selección nacional.
Si bien Agüero no aseguró que el año que viene se vuelva a realizar esta travesía, hay posibilidades de que así sea debido a la alta concurrencia de este año y a la solicitud de quienes participaron y de los que se quedaron con las ganas de venir.