Alemania retira del mar toneladas de munición de la Segunda Guerra Mundial
Aproximadamente 1,6 millones de toneladas de municiones de la Segunda Guerra Mundial yacen en el fondo marino, con fugas de compuestos tóxicos que contaminan la vida marina y amenazan el ecosistema del Báltico.
Lentamente, Dirk Schoenen se sumerge hasta una enorme pila de munición de la Segunda Guerra Mundial que se encuentra en el fondo del mar Báltico. Retira algunas de las piezas superiores y las coloca cuidadosamente en una cesta, mientras un equipo de ingenieros, buceadores y marineros observan todos sus movimientos en monitores que retransmiten imágenes en directo desde una cámara colocada en su cabeza.
Al cabo de una hora, el equipo vuelve a subir a Schoenen a la Baltic Lift, una plataforma móvil situada a seis kilómetros de la pequeña localidad de Boltenhagen, en la costa alemana. Ha recuperado varios proyectiles de 128 mm -algunos de ellos todavía dentro de su caja de madera, ya rota-, fragmentos de granadas más pequeñas y varios proyectiles de 20 mm.
Su botín ha sido fructífero, pero modesto en comparación con todo lo que queda aún en el lecho marino. Aproximadamente, 1,6 millones de toneladas de munición obsoleta yacen en el fondo del mar Báltico, así como en el del mar del Norte, lo que supone un peligro considerable: sus casquillos se oxidan lentamente y emiten sustancias tóxicas, como compuestos de TNT.
Europa aún se afana en limpiar los restos de la Segunda Guerra Mundial
Mientras las tensiones entre Rusia y la OTAN se intensifican en el mar Báltico, con incidentes casi diarios de sabotaje de cables submarinos, aviones de combate de la OTAN esforzándose por mantener a los aviones militares rusos a raya y drones hostiles procedentes del Este que invaden el espacio aéreo occidental, los europeos siguen ocupados limpiando los restos que la Segunda Guerra Mundial, y en menor medida la Primera, dejaron en el océano.
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