Finaliza un flor de año para todo el sector agroexportador uruguayo

Finaliza un flor de año para todo el sector agroexportador uruguayo

La faena creció en unas 150 mil cabezas respecto al año anterior y, además, con animales más pesados. Esto se complementa con precios históricamente altos, empardando a los de 2022, y se mantuvieron por más tiempo, y estuvo por encima de los US$ 5 durante todo el semestre, dando mayor previsibilidad al negocio. El valor medio de los animales a faena rondará US$ 1.260.

Por Ing. Agr. Rafael Tardáguila

Último domingo del año, por lo que es momento de pasar raya y hacer un balance de 2025 que, desde el punto de vista de la ganadería uruguaya, ha sido francamente positivo.

Son dos los factores principales que determinan los ingresos, los precios de venta y las condiciones forrajeras, y ambos han evolucionado de forma excepcional, más allá de que en estos últimos días ha crecido la preocupación por falta de lluvias, en especial en la mitad sur del país.

En lo que a clima refiere siempre es difícil hacer pronósticos y, aunque los especialistas han logrado reducir los márgenes de error, todavía se mantienen. En el caso de las condiciones de mercado estaba bastante claro que iba a evolucionar de forma favorable. En realidad, fue mucho más favorable de lo que se preveía.

La producción ganadera uruguaya reaccionó a las buenas condiciones de mercado de la forma en que lo debía hacer: aumentando la inversión para acelerar los procesos y elevar la producción. El año cerrará con una faena en el entorno de los 2,4 millones de cabezas. De por sí se trata de un número que se ubica dentro del rango superior de faenas anuales, pero además es significativamente superior a las expectativas que, al terminar 2024, se manejaban para este año. Es que todo indicaba que la oferta de animales preparados sería relativamente reducida, con una menor disponibilidad de novillos alcanzando el peso de faena y también de vacas, como consecuencia de una elevada tasa de preñez.

Sin embargo, corrales mediante, la cantidad de novillos y fundamentalmente vaquillonas fue muy superior a lo que se preveía, a la vez que salió una mayor proporción de vacas hacia las invernadas como consecuencia del incentivo de los altos precios. En planta aparecieron más vacas preñadas que lo usual.

No solamente la faena crece en unas 150 mil cabezas respecto al año anterior, sino que además los animales son más pesados, por lo que el aumento en la producción de carne es mayor.

valor medio venta a frigorífico
Este aumento se complementa con precios que alcanzaron niveles históricamente altos, empardando a los de 2022, pero sosteniéndose en niveles altos por mucho más tiempo. En aquel 2022 de récords, tras haber superado los US$ 5,50 el kilo, el precio del novillo terminó el año a US$ 3,25. En este 2025 el precio se sostuvo por encima de los US$ 5 durante todo el segundo semestre, dando una mayor previsibilidad al negocio.

Esto lleva a que la facturación del complejo cárnico haya sido récord este año, al complementarse una elevada producción con precios históricamente altos. El valor medio de los animales enviados a faena rondará los US$ 1.260 por cabeza, con un robusto aumento anual de 28% y 5,5% por encima del anterior récord de 2022, de US$ 1.196. Con ese valor medio y una producción de carne estimada en cerca de 640 mil toneladas, la facturación por envío de vacunos a frigorífico superó por primera vez en la historia los US$ 3.000 millones.

A esto hay que agregar la fluidez de la exportación de ganado en pie. Se estima que estarán saliendo en los barcos cerca de 400 mil vacunos, un aumento anual de 15%, con una facturación que superará los US$ 380 millones.

Al sumar ambas salidas, la ganadería de carne facturó este año más de US$ 3.400 millones, 35% más que en 2024 y lejos por encima del récord de 2022, cuando había quedado algo por debajo de los US$ 3.000 millones.

La ganadería uruguaya no es una ganadería desarrollada, pero camina a paso firme a serlo. Son muchos los indicadores que evolucionan de forma positiva, no solo relacionados con la terminación o la recría, sino también en la cría. Se puede dar un hecho impensado no tantos años atrás, que sería atar tres años consecutivos con una tasa de destete de más de 70%. Falta bastante camino por recorrer en este sentido, pero ya se sabe el dato de este año (71,3%), se sabe que los nacimientos en la pasada primavera fueron altos, con una tasa de preñez también elevada, a la vez que el estado del rodeo de cría alienta la expectativa de que en el entore que se está llevando adelante en estos momentos la tasa de preñez vuelva a ser relativamente elevada. Por lo tanto, las favorables señales que llegan desde los mercados del exterior están impactando en el eslabón más débil de la cadena, el que no le puede traspasar a ningún otro eventuales malas condiciones debido a que es el primero.

Las señales son, lógicamente, mucho más claras en el caso de la recría y en la terminación. Las carcasas que llegan a planta de faena son cada vez más pesadas a pesar de que la tendencia de largo plazo es que la edad de faena sea cada vez menor. Esto implica una aceleración de la recría y de la terminación, en buena medida como consecuencia del crecimiento de la terminación a grano.

El valor medio de exportación este año superará los US$ 5.000 por tonelada peso carcasa, valor inédito que a mediados de la década pasada era una aspiración lejana. Las condiciones del mercado internacional han permanecido sólidas y pudieron sortear las amenazas surgidas este año como consecuencia de la suba generalizada de aranceles por parte de Estados Unidos y la decisión de China de aplicar una salvaguarda para proteger a la producción doméstica. Aunque esta todavía no se dio a conocer, generó incertidumbre y distorsiones en la operativa de exportaciones a China.

Lo que resta por saberse es si esta solidez del mercado se mantendrá en un mediano plazo, pero ese análisis será el tema de la primera columna de 2026.

¡Feliz año para todos!

Rurales El País