“Uruguay no puede competir en precios; su apuesta tiene que ser la calidad”

“Uruguay no puede competir en precios; su apuesta tiene que ser la calidad”

La economista Gabriela Mordeki, investigadora del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración (UdelaR), analizó la coyuntura económica del país, marcada por un bajo crecimiento, una fuerte concentración metropolitana y los desafíos de competir en un mundo atravesado por la incertidumbre global y las compras online.

Para Mordeki, el contexto internacional es un primer dato clave para entender lo que le pasa a Uruguay. “El mundo vive un período de mucha incertidumbre. Cambios políticos, como la asunción de Donald Trump y sus idas y vueltas en materia económica, conflictos bélicos. Todo eso hace que haya una actitud generalizada de espera”, explicó.

Esa actitud, señala, termina afectando sobre todo a los países que más necesitan inversión. “Y Uruguay es un país que necesita permanentemente nuevas inversiones para sostener su crecimiento”.

CRECIMIENTO BAJO Y SIN NUEVOS GRANDES MOTORES

Tras una etapa de fuerte expansión entre 2005 y 2013/2014, la economía uruguaya se enlenteció, en paralelo con la desaceleración global. Después de la pandemia hubo recuperación, pero las tasas siguen siendo modestas.

“Para este año se proyecta un crecimiento en el entorno del 2,4%. Algunos lo consideraron optimista cuando se presentó el presupuesto, pero aun si se cumple, es un crecimiento que se queda corto para las transformaciones que el país necesita”, señaló Mordeki.

La economista recordó que salud, educación e infraestructura requieren más recursos, y esos recursos dependen en buena medida del dinamismo de la economía: “Si la economía crece más, se recauda más y se puede financiar políticas para mejorar la calidad de vida. Con un crecimiento tan bajo, todo el debate presupuestal queda muy condicionado”.

En los últimos años, los grandes motores fueron la planta de celulosa de Paso de los Toros y el Ferrocarril Central. “Esas obras ya estaban definidas en 2019 y hoy están culminadas. No quedó nada nuevo de esa magnitud para traccionar el crecimiento”, advirtió.

Uruguay sigue apoyado básicamente en el sector agropecuario y en los servicios –en particular, el turismo–, donde las diferencias de precios con Argentina golpearon fuerte, aunque ese efecto, dice, hoy es “algo menos intenso” que en los peores momentos.

EL TELEGRAFO