Álvaro Azanza: el maíz gana terreno en el norte y la chicharrita dejó de ser un miedo para los productores

Álvaro Azanza: el maíz gana terreno en el norte y la chicharrita dejó de ser un miedo para los productores

En un contexto de lluvias abundantes y un clima invernal prolongado, el norte de Uruguay se prepara para una zafra agrícola con perspectivas y desafíos definidos. Álvaro Azanza, encargado de insumos para la firma Zambrano y Compañía en Salto, conversó con Valor Agregado Norte sobre el impacto de las recientes precipitaciones, el cultivo de maíz en alza y la situación de los mercados de insumos y fertilizantes.

Un invierno largo y húmedo: El desafío para los cultivos

Las recientes y abundantes lluvias han sido, en general, bien recibidas en la región norte. Sin embargo, Azanza señaló que el exceso de agua no siempre es beneficioso, especialmente para los cultivos de invierno que se encuentran en la mitad de su ciclo. «Todavía seguimos con un clima relativamente frío, un invierno largo y frío», comentó, explicando que las bajas temperaturas y la humedad pueden dificultar la recuperación de los cultivos.

Este escenario también afecta la siembra de maíz de primera, que ya ha comenzado en la zona. Aunque las implantaciones han sido «relativamente buenas», las bajas temperaturas y el exceso de lluvia son un factor de riesgo para los maíces recién sembrados. Azanza manifestó su esperanza de que las temperaturas suban lo suficiente para permitir una buena emergencia y un arranque favorable del cultivo.

El maíz gana protagonismo: La chicharrita bajo control

Una de las noticias más destacadas es el crecimiento proyectado en el área de siembra de maíz. Según Azanza, este aumento se debe, en gran medida, a una mejor gestión de la plaga de la chicharrita del maíz. El clima de los últimos años, con inviernos fríos y heladas intensas, ha ayudado a reducir significativamente la incidencia de esta plaga, que en el pasado generó gran preocupación entre los productores.

«Ha sido un invierno largo y hemos tenido heladas muy grandes, que eso baja bastante la incidencia de la plaga», destacó Azanza. Este factor ha devuelto la confianza a los agricultores, que se están animando a sembrar más maíz. Además, la mejora en los materiales genéticos ha elevado el piso de rendimiento, haciendo del cultivo una opción más atractiva y rentable. «Hoy es lograble 4, 5 mil kilos por lo menos de piso», afirmó, subrayando que este rendimiento mínimo es un «lindo número» para incentivar la siembra.

Soja y fertilizantes: estabilidad y apuesta a la tecnología

A diferencia del maíz, las perspectivas para el área de soja se mantienen estables. Azanza no prevé un crecimiento significativo, a pesar de la reciente repuntada de los precios. El área de arroz, por ejemplo, no le da mucho margen a la soja en la zona norte, y el precio actual de la oleaginosa no ha sido lo suficientemente atractivo para impulsar una expansión. Ante este panorama, muchos productores han optado por la siembra de pasturas, que ofrecen una alternativa viable en un contexto de precios fluctuantes e inestabilidad climática.

En cuanto al mercado de fertilizantes, la situación es de relativa estabilidad. Los precios, aunque por encima de los valores bajos del año pasado, se sitúan en un rango intermedio si se comparan con los picos históricos registrados tras la posguerra y la pandemia. Azanza mencionó que el fósforo y el nitrógeno han experimentado ligeras subidas, pero no se esperan grandes cambios a corto plazo.

A pesar de los precios, el productor uruguayo sigue apostando a la tecnología. Azanza concluyó que para lograr el máximo de productividad, la inversión en fertilizantes, semillas de calidad y otras tecnologías es fundamental. «El productor hoy por hoy ha cambiado un poco la mentalidad y el productor que decide hacer un cultivo lo hace con toda la tecnología», sentenció, confirmando que se han realizado muchas reservas de fertilizantes para la zafra de verano, lo que demuestra la confianza y el compromiso del sector con una agricultura de alta productividad.