Desinformación, expectativa y duda: qué piensan los venezolanos del despliegue de Trump en el Caribe

Desinformación, expectativa y duda: qué piensan los venezolanos del despliegue de Trump en el Caribe

Hay que “tener velitas en la casa por si quitan la luz” y comprar comida porque “uno no sabe”. El despliegue militar de EE. UU. en el Caribe, con al menos tres buques y unos 4.000 militares, ha encendido no solo las alertas en el seno del Gobierno de Nicolás Maduro, sino también la incertidumbre en las calles. Mientras analistas descartan una intervención estadounidense, la sensación ciudadana se mueve entre la expectativa, la duda y la indiferencia.

El sentimiento en las calles de Venezuela ante un despliegue militar de EE. UU. en el Caribe es variopinto: hay quienes no solo creen, sino que desean, que “algo pase” y hay quienes ni siquiera lo consideran una posibilidad.

A mediados de agosto, medios estadounidenses e internacionales, entre ellos la agencia Reuters o ‘The New York Times’, citando fuentes del Pentágono, reportaron que Estados Unidos iniciaría el despliegue de buques y miles de militares en el Caribe, bajo la justificación de frenar el narcotráfico desde la región.

Aunque la Casa Blanca no se ha pronunciado oficialmente, la Marina estadounidense sí apuntó a un reposicionamiento del Iwo Jima Amphibious Ready Group y de la 22ª Unidad Expedicionaria de Marines.

Mientras Washington asegura que la meta es combatir el narcotráfico, el Gobierno de Nicolás Maduro, por quien Washington ofrece una recompensa de 50 millones de dólares, advirtió de una «amenaza regional». Además, respondió convocando a 4,5 millones de milicianos.

¿Qué se vive en las calles y qué posibilidades ven los expertos de una intervención?

«Hay que estar preparado tanto para lo bueno como para lo malo»
Para Mirna, habitante de Chacao, municipio emblemático de la capital, en el estado de Miranda, se trata de un invento del Gobierno de Maduro para mantener la tesis de un intento de golpe de Estado.

Pero otros, como José Hernández, sí están a la expectativa ante cualquier acontecimiento extraordinario. José, incluso, ha tomado algunas previsiones como “tener velitas en la casa por si quitan la luz” y comprar comida, porque “uno no sabe”.

En eso coincide, Judith León, de 71 años, quien habló con France 24 al salir de su rutina en un gimnasio en el este de la capital. “Hay mucha gente que no lo cree porque la información al país no llega. Si tú no te metes en internet y ves a otros youtubers no te enteras. Los de acá no dicen nada y la gente cree que es otro pote de humo».

Analistas en Venezuela consideran improbable que haya una incursión militar. Sin embargo, concuerdan en que hay una amenaza cierta contra el Gobierno de Nicolás Maduro.

“Amenaza real no es solamente poner unos portaaviones o unos barcos en las costas venezolanas. Una amenaza real es un discurso, como dio en este caso la portavoz de la Casa Blanca (Karoline Leavitt), que es promover una captura (de Maduro). Es tratar de enviar tropas o arsenal militar a otro país con intenciones de capturar a alguien. Y las amenazas reales de alguna manera tienen un efecto cognitivo, no solo para el Gobierno sino para la oposición y para los ciudadanos, que es generar expectativas de cambio”, declara a France 24 el politólogo y consultor político Pablo Quintero.

“Me gustaría que fuera cierto»
En las calles, el temor a opinar ante los medios de comunicación es generalizado. Varios entrevistados prefieren no ser grabados por miedo a represalias. Es el caso de un joven de 30 años que trabaja como vendedor de hortalizas en un mercado municipal.

“El venezolano ha pasado en estos 25 años por tantas cosas, que ya como que aquí uno se acostumbró a dedicarse a lo que haces para progresar y ya. El miedo de nosotros es que tú digas algo, se haga viral y te caiga el Sebin (servicio de inteligencia), porque eso pasa. Mucha gente te va a decir que todo está bien, pero es por eso; pero la situación cada día está más horrible”, comentó a France 24 bajo condición de anonimato.

Bajando las escaleras de un centro comercial, habla un señor de 50 años que vive en Petare, también en el estado de Miranda, y trabaja en el sector de la construcción. “Me gustaría que fuera cierto, porque mira este país cómo está. Que haya una intervención aquí”, asiente. “Por eso es que no te lo quiero decir, no vaya a ser que llegue la operación ‘tun tun’  (ejecutada durante las protestas poselectorales de 2024 e incluyó arrestos arbitrarios) y me lleven detenido”, comenta con cierta timidez.

France24