Usuarios salteños también acceden al tratamiento integral en el centro regional “Casa Abierta”

Usuarios salteños también acceden al tratamiento integral en el centro regional “Casa Abierta”

El Centro Regional Casa Abierta es un dispositivo especializado en la atención de personas con consumo problemático. En sus inicios, el servicio estuvo enfocado en usuarios de los dispositivos Ciudadela de las ciudades de Artigas, Paysandú y Rivera. No obstante, ante el aumento sostenido de la demanda, el centro ha ampliado su alcance, y actualmente su equipo de profesionales está disponible para atender solicitudes provenientes de cualquier punto del país.

CAMBIO entrevistó a la directora del Centro, Mónica Ledesma, quien explicó que en la construcción de la demanda se tiene en cuenta la voluntad de la persona que ingresa para realizar el tratamiento. A partir de ello, el comité de recepción —integrado por psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales, licenciados en enfermería y operadores terapéuticos— se mantiene en comunicación con el comité de recepción a nivel nacional.

SALTEÑOS INTERNADOS

El tratamiento en el residencial Casa Abierta se realiza principalmente a través de la modalidad de internación. Desde hace tiempo, el centro cuenta con 17 camas: tres destinadas a mujeres, dos a adolescentes y el resto a adultos. La directora explicó que el tratamiento ambulatorio se lleva a cabo mediante el dispositivo Ciudadela, el cual se encarga de la atención, el seguimiento y la derivación de los casos.

En la actualidad, el residencial Casa Abierta alberga personas internadas provenientes de diversos departamentos del país, como Paysandú, Tacuarembó, Durazno, Artigas, Bella Unión, Fray Bentos y Flores. Si bien en este momento no hay personas internadas oriundas de Salto, la directora señaló que el centro mantiene un contacto permanente con el comité de recepción local, desde el cual reciben de forma continua información y posibles derivaciones. Esta coordinación interdepartamental permite brindar respuestas oportunas y adaptadas a las necesidades de quienes requieren tratamiento, asegurando que el acceso no dependa únicamente del lugar de residencia.

RESULTADOS

En relación a las posibles recaídas tras el tratamiento, Mónica Ledesma explicó que, en principio, la duración del proceso terapéutico es de tres meses. Sin embargo, se prioriza el ritmo y las necesidades particulares de cada usuario, por lo que, en algunos casos, el tratamiento puede extenderse. Además, se trabaja de forma integral el egreso y la reinserción laboral. En este sentido, el equipo de trabajadoras sociales ha llevado adelante coordinaciones con diversas instituciones y empresas, con el objetivo de facilitar la inclusión socio-laboral de las personas una vez finalizado el tratamiento.

En cuanto a la reincidencia en el consumo, Ledesma destacó que, afortunadamente, han recibido numerosos mensajes de personas que estuvieron internadas en el centro y que continúan con su proceso de recuperación sin haber recaído. Estos testimonios son una muestra alentadora del impacto positivo del tratamiento y del acompañamiento brindado por el equipo. Concluyó.

DIARIO CAMBIO