50 hachazos a su madre: el horror del asesino esquizofrénico de Laferrere que se negaba a medicarse

50 hachazos a su madre: el horror del asesino esquizofrénico de Laferrere que se negaba a medicarse

Cristian N. fue detenido el sábado tras el crimen. Deambuló con una foto de la cabeza en su celular. Se la mostró a la Policía Bonaerense para entregarse. El dilema del fiscal del caso y la diferencia clave con la masacre de Villa Crespo.

El sábado por la noche, Cristian N. salió a caminar. Deambuló por unas cuadras por Laferrere, su barrio, con su teléfono en su mano. Caminó, errático, como si buscara algo, según testigos que lo vieron. Llegó hasta la Ruta 3. Allí, se encontró con un patrullero de la Policía Bonaerense, un móvil de la Comisaría 1° de Rafael Castillo. Cristian, de 34 años, beneficiario de una pensión, se hizo entender como pudo: el hombre es sordomudo. Pero lo que había en su teléfono cerró la historia.

Era una foto. La imagen mostraba la cabeza decapitada de su madre, Nélida Noemí.

De inmediato, los policías lo redujeron y lo subieron al patrullero. Allí, Cristian les indicó el camino hacia el domicilio familiar en la calle Beethoven, la escena del crimen. El hacha con el que cometió el crimen estaba junto a una puerta con su mango de madera de casi un metro de largo, atravesado por sangre. El cadáver de Nélida Noemí, de 54 años, estaba a pocos metros. La mitad de su cabeza estaba a pocos metros también.

Cristian fue arrestado de inmediato, con una causa en su contra a cargo de la UFI de Homicidios de La Matanza, con el fiscal Claudio Fornaro. El delito: homicidio agravado por el vínculo. Pero la historia no es tan simple. De inmediato, Fornaro supo que estaba frente a un dilema. Cristian N., para empezar, vive con un diagnóstico de esquizofrenia.

Qué determinó la autopsia

La decapitación fue bestial. Según el informe de autopsia que recibió Fornaro ayer domingo, Nélida Noemí fue decapitada desde la nariz, en sentido descendente. Su hijo le dio, al menos, 50 hachazos: los golpes rompieron la cerámica del piso. La cabeza estaba separada del cuerpo, pero no toda; continuaba adherido al cuello, por ejemplo, el maxilar inferior.

El preludio, tal vez, fue peor. De acuerdo al mismo informe, el hijo desmayó a golpes a la mujer y luego la estranguló con sus propias manos. Este hallazgo explica la relativamente poca cantidad de sangre encontrada en la escena del crimen. El flujo sanguíneo hacia el cerebro ya había sido interrumpido cuando Cristian N., según su propio relato, decapitó a la mujer.

Fornaro decidió no enviar a Cristian N. a una comisaría, convencido de que el crimen se debía a un episodio de salud mental, un crimen cometido a exactamente un mes de la masacre de Villa Crespo, donde Laura Leguizamón, tratada por una presunta patología, mató a su marido y a sus hijos a puñaladas en su departamento de Villa Crespo. Recibió los antecedentes penales del acusado. Allí, supo que tuvo una causa por tenencia de arma en 2023. Se le practicó una pericia psiquiátrica: allí, se lo diagnosticó con esquizofrenia.

Fornaro corría el riesgo de que el detenido se autolesionara. Entonces, pidió que sea enviado al hospital Posadas para su evaluación.

INFOBAE