Un acto sexual con la bandera de Chile aumenta la tensión entre partidarios y detractores de la nueva Constitución
Una performance en la que la bandera chilena se paseó por las nalgas de sus integrantes ha provocado una polémica en el país días antes del plebiscito.
La política chilena no deja de sorprender. En los días finales antes del plebiscito que definirá este domingo si se aprueba o no una nueva Constitución, la discusión pública pasa por un hecho totalmente inesperado: la performance de un grupo de disidencia sexual en la que la bandera chilena se paseó por las nalgas de sus integrantes. Todo, ante una multitud reunida en Valparaíso. ¿Cuál era la intención? Promover el voto a favor de la nueva Constitución. Las reacciones indican que, claramente, se erró el objetivo.
«Hemos denunciado ante la Fiscalía los hechos ocurridos en Valparaíso. Como gobierno tomaremos las medidas que estén a nuestro alcance por el resguardo de la niñez», dijo la ministra portavoz del gobierno, Camila Vallejo, miembro del Partido Comunista (PC), integrante de la coalición de izquierdas liderada por Gabriel Boric.
En política, las casualidades son la excepción. Jorge Sharp, el alcalde de Valparaíso, una ciudad con tradición insurreccional, es un independiente de izquierdas que tuvo mejores tiempos en su relación con Boric. Y «Las indetectables», el grupo de disidencia sexual, eran conocidas y ya habían protagonizado situaciones similares anteriormente, aunque no en un momento tan fundamental para la evolución política del país.
«Las indetectables» se definen como una «comunidad de creación afectiva y resistencia disidente anarko-travesti» que «cruza el activismo, la calle, la academia, los festivales de arte, las conferencias, charlas y las organizaciones por el derecho al trabajo sexual».
En el acto del sábado por la noche en Valparaíso, unas 3.000 personas vieron como una de las integrantes del grupo le fue sacando a otra una bandera chilena desde el ano, simulando un aborto. «¿Está aprobado este hoyo?», se preguntaba una integrante del grupo mientras otra le mostraba el ano al público. «¡El hoyo es más pornográfico que la gente que perdió un ojo!», insistió, aludiendo a la gente que perdió la vista en la represión policial de las manifestaciones de octubre de 2019.
«Todo tiene un límite», dijo la portavoz Vallejo, que admitió que el gobierno podría presentar una querella amparado en la Ley de Seguridad Interior del Estado, amparado en la figura de ultraje a la bandera. Chile es un país profundamente nacionalista y que hace un culto de sus símbolos patrios: «Eso es parte de las evaluaciones que hay que hacer, al menos quisimos primero actuar respecto a los derechos de niños y niñas y también respecto a la ofensa a la moral, a la familia».
Raúl Soto, presidente de la Cámara de Diputados, definió la performance como «repudiable y asquerosa». Los organizadores del acto, vinculados a la alcaldía de Valparaíso, aseguraron no haber estado al tanto de lo que se haría en el escenario. (El Mundo)