Tras récord histórico en la pandemia de Covid, vuelven a aumentar las muertes maternas prevenibles en Brasil
Un informe del Ministerio de Sanidad revela que hay un 95% de posibilidades de que el país no cumpla el acuerdo con la ONU sobre la reducción de óbitos.
Tres años después del inicio de la pandemia de la Covid-19, período en el que las tasas de mortalidad materna en Brasil se duplicaron, volviendo a los niveles registrados hace 25 años, las mujeres embarazadas y puérperas están más protegidas contra el Sars-CoV-2. Sin embargo, vuelven a fallecer por causas como hipertensión, hemorragias e infecciones, consideradas evitables en el 90% de los casos.
El país ya sufría muchas fragilidades en la atención obstétrica, pero, con la crisis sanitaria, se intensificaron. Uno de los indicadores más importantes es la causa de mortalidad materna (RMM), que computa las muertes relacionadas con complicaciones durante el embarazo y hasta 42 días después del parto (puerperio). En 2021, el RMM señaló que, por cada 100 mil nacidos vivos, se produjeron 110 muertes de mujeres, la misma tasa registrada en 1998. Datos preliminares del Ministerio de Sanidad, recopilados por el OOBr (Observatorio Obstétrico Brasileiro), muestran que el número es casi el doble que en 2019, el período previo a la pandemia, cuando la proporción era de 57,9 óbitos. En 2020, la tasa oficial fue de 71,9 muertes por cada 100.000 nacidos vivos.
En números absolutos, se notificaron 1.964 muertes en 2020 y 2.941 muertes en 2021. Los datos de 2022 aún no están consolidados. Solo para fines de comparación, en Estados Unidos se registraron 861 muertes maternas en 2020 y 1178, en 2021, según los CDC (Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades). Juntos, representan menos de la mitad de las muertes brasileñas durante este período.
Brasil es signatario de un acuerdo firmado con la ONU en 2015 para reducir, hasta 2030, la tasa de mortalidad materna a un máximo de 30 por cada 100.000 nacidos vivos, es decir, casi una cuarta parte de la registrada en 2021. Un informe de 2019 del Ministerio de Sanidad obtenido por Folha revela que hay un 95% de posibilidades de que el país no alcance la meta. El RMM calculado por los técnicos del Ministerio de cara a 2030 es de 55,6 muertes por cada 100.000 nacidos vivos.
El periódico recorrió ciudades del norte del país, región con una tasa de mortalidad de 140,8 fallecimientos por 100.000, la más alta del país, entrevistó a profesionales de la salud, directivos y, principalmente, familias que perdieron embarazadas y encontraron una serie de problemas en la red de atención materno infantil.
Roraima lideró el ranking de mortalidad materna en 2021, con 281,7 muertes por cada 100.000 nacidos vivos, un nivel similar al de países del África subsahariana, como Mozambique. En los países desarrollados, esta tasa ronda el 10 por 100.000.
La muerte de Thais Kauana Rodrigues Diniz, de 21 años, y su bebé, en Boa Vista (RR), ejemplifican algunas de las fragilidades del sistema. La joven vivía en una zona minera, estaba en la semana 19 de gestación, pero no había acudido a consultas prenatales. Llegó a la maternidad de Nossa Senhora de Nazareth el 12 de enero con dolor abdominal y pérdida de líquido amniótico. La parte de maternidad actúa de forma improvisada en carpas de un hospital de campaña. El edificio original lleva en obras de reestructuración desde junio de 2021.
Al décimo día del ingreso de Thaís, se constató que el feto había muerto en el útero, según su tía, Alessandra Araújo. La muerte del bebé se suma a otras 27 registradas en la maternidad desde principios de este año hasta el 7 de febrero. En 2022, se produjeron 20 óbitos. «Pasó dos días sufriendo tras recibir medicación para inducir el parto. Ya no quería comer, se le empezó a hinchar la barriga, solo gemía de dolor. Pedí ayuda, estaba claro que estaba empeorando, pero me dijeron que la hinchazón era acumulación de gases. La situación allí es caótica», dice Alessandra.
Ya en estado grave, Thais fue trasladada al Hospital General de Roraima, único SUS con UCI en la capital. Los exámenes revelaron ruptura uterina e infección generalizada (septicemia). La operaron, la intubaron y murió dos días después, el 27 de enero. La maternidad niega que haya habido negligencia en la atención. En cuanto a las muertes de bebés, el gobierno del Estado asegura que las causas son diversas, «una parte de ellas relacionadas con la falta de atención prenatal adecuada». Sobre el ala de maternidad, asegura que los servicios de remodelación del edificio están en la fase final.
La serie de reportajes sobre Mortalidad Materna se publica en colaboración con el Centro Pulitzer (FOLHA INTERNACIONAL)