Tiene solo 12 años, pero ya ha descubierto dos asteroides reconocidos por la NASA

Tiene solo 12 años, pero ya ha descubierto dos asteroides reconocidos por la NASA

En reconocimiento por su trabajo, los dos cuerpos celestes llevarán su nombre: Asheley. Con su estudio y su dedicación, Asheley Martínez es una inspiración para muchas niñas que quieren dedicarse a la ciencia.

Ashley Martinez Ocampo tiene apenas 12 años y ya sueña con llegar a las estrellas; sabe que no se pueden tocar, pero sí llegar a ellas. Esta pequeña se ha convertido en una sensación en México tras descubrir, desde una habitación de su hogar en Hidalgo, dos asteroides que la NASA ha reconocido y a los que pronto les pondrá su nombre.

La pequeña es del municipio de Jojutla, Hidalgo, y acaba de iniciar la secundaria en su localidad. En su día a día, Ashley se levanta temprano, desayuna, y se va a la escuela; regresa, hace sus labores, la tarea, y duerme. Pero el fin de semana es cuándo Ashley se dedica horas y horas a observar el espacio con su telescopio.

La secundaria es normal, y su materia favorita es biología, y aunque las matemáticas se le complican un poco, esto no es ningún impedimento para que pueda estudiar la carrera de astrobiología, en la cual ha decidido que se quiere especializar.

Cuando Ashley tenía dos años, fue su padre, Andrés Eloy Martínez Rojas, el que le empezó a enseñar a observar y conocer el cielo. La hija menor de cinco hermanos y hermanas, cuenta para Noticias ONU que a los 5 años, cuando consideró que ya tenía una edad suficiente para tener  conciencia de las cosas, fue cuando decidió que estudiaría el universo.

“Desde que era muy pequeña me gustó, casi cuándo nací. La verdad es que a mi papá siempre le ha gustado eso. Ya cuándo empecé a tomar conciencia, a los 4 o 5 años, ahí fue cuándo dije… ¡uy! el espacio”, contó.

A partir de entonces, Ashley comenzó a observar el espacio con uno de los telescopios de su padre, el cual le pudo enseñar durante años cosas hermosas, brillantes, y enormes, que ella no podía dejar de ver.

El satélite que le dio un giro a su vida, fue la luna; por su grandeza, su brillantez, y por la manera tan hermosa como se ve a través del lente de su telescopio. Después de eso, Ashley no ha podido parar de observar el universo.

“La luna siempre me ha fascinado mucho, cuándo veo el cielo en las tardes, creo que lo que más me llama la atención es la luna, y después los planetas (…) Desde que nací ya tenía telescopios, fue por eso. Mi papá me enseñaba cómo usarlos, aunque a veces se me olvidaba. Y ahí fue cuando empecé a ver la luna, que en la noche se ve bien bonita, se ve brillante y con sus cráteres”, cuenta emocionada.

Tras observar muchos documentales y leer libros del espacio,  su curiosidad fue creciendo y, siguiendo los pasos paternos, continuó estudiando por su cuenta de forma autodidacta. (ONU)