Países enteros podrían desaparecer para siempre con el aumento del nivel del mar
La elevación de las aguas marinas amenaza vidas, comunidades y países enteros, puntualiza António Guterres, advirtiendo de consecuencias “impensables” si el mundo no actúa de inmediato: éxodos masivos, conflictos por el acceso al agua dulce, la tierra y otros recursos, además de una serie de cuestiones jurídicas que nunca se habían contemplado.
En un debate ministerial del máximo órgano resolutivo de la ONU sobre las implicaciones del alza del nivel de mar para la paz y la seguridad internacionales, António Guterres advirtió que aunque el mundo lograra limitar a 1,5ºC el aumento de la temperatura global para fin de siglo, el nivel del mar se elevaría considerablemente.
Pero si la temperatura aumentara 2ºC, la elevación del agua se duplicaría, añadió.
Guterres indicó que, sea cual fuere el caso, muchos países y metrópolis se encuentran en riesgo.
“El peligro es especialmente grave para los casi 900 millones de personas que viven en zonas costeras a poca altura, es decir, uno de cada diez habitantes del planeta”, dijo.
Entre los efectos que ya sufren estas poblaciones mencionó el ejemplo del Caribe, donde el aumento del nivel del mar ha contribuido a la devastación de los medios de vida locales en los sectores del turismo y la agricultura.
Las consecuencias serán impensables
Sin embargo, con el tiempo las consecuencias serán “impensables”: “Comunidades bajas y países enteros podrían desaparecer para siempre. Seríamos testigos de un éxodo masivo de poblaciones enteras a escala bíblica. Y veríamos una competencia cada vez más feroz por el agua dulce, la tierra y otros recursos”, vaticinó, y agregó que el impacto del alza del nivel del mar ya está dando lugar a nuevos factores de inestabilidad y conflicto.
Para hacer frente a esta situación, el Secretario General instó a actuar en tres áreas.
La primera es encarar el origen de la subida de los mares: la crisis climática.
“Necesitamos con urgencia más acciones concertadas para reducir las emisiones de carbono y garantizar la justicia climática”, enfatizó, detallando que esto significa, entre otras cosa, cumplir con el compromiso de asignar 100.000 millones de dólares para que los países en desarrollo transiten a las energías renovables, duplicar el financiamiento para la adaptación y otorgar financiamiento masivo privado a costos razonables.
La segunda área de actuación es implementar estrategias que pongan fin a la pobreza, la discriminación, la desigualdad y las violaciones de derechos humanos, ya que todo esto causa inseguridad.
Del mismo modo, se deben mejorar los sistemas de previsión y las alerta temprana para preparar y proteger a las comunidades vulnerables. (ONU)