Mineros pobres de tierras yanomami temen a la policía y planean migrar a Guayanas
Folha los acompaña en su huida, por tierra y agua, y observa la frustración y el deseo de llegar a yacimientos en países vecinos.
Los buscadores de oro se escondieron repentinamente en el monte. Las embarcaciones fueron arrastradas a las aguas del río Uraricoera para ser escondidas. Los camiones dieron media vuelta. Y al final, todo era falsa alarma. No se acercaba ningún helicóptero.
El temor de los mineros ilegales era una nueva operación del Ibama (Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables) y las fuerzas policiales federales para sacar a los más de 20.000 invasores de la Tierra Indígena Yanomami.
El puerto clandestino pasó del caos a la confusión en minutos, y retomó su aspecto de fuga y éxodo, que se ha vuelto cada vez más intenso en los últimos días. Los mineros se marchan, después de meses o años de actividad depredadora en la tierra indígena más grande de Brasil.
El puerto de Arame es, actualmente, el mayor punto de fuga por tierra y agua de miles de buscadores de oro y casiterita en el territorio.
La saga continúa hacia múltiples destinos. Folha acompañó a buscadores en su día de fuga.
Este domingo (12), el periódico viajó desde Reislândia hasta el puerto clandestino en la cabina de una camioneta pick-up; permaneció en Arame para documentar la llegada de los barcos y hablar con los invasores; y regresó en la parte trasera de una segunda camioneta utilizada para sacar a la personas de allí. El contacto con los mineros, en este contexto de huida, miedo, vulnerabilidad y movimiento incesante, permite dibujar un perfil difuso de este colectivo y comprender las dificultades del camino de regreso tras la recuperación de la tierra indígena.
Guyana y la Guayana Francesa serán los destinos de varios buscadores con los que habló el Folha. Algunos de ellos ya han estado en minas en esos países, que están cerca de Roraima, el Estado que hace frontera con Guyana. (Folha Internacional)