La guerra contra las drogas puede entenderse en gran medida como una guerra contra las personas
El impacto de esa estrategia es mayor para quienes viven en la pobreza y a menudo se conjuga con la discriminación hacia los grupos marginados y minorías, advierte un nutrido grupo de expertos en derechos humanos, que pide reemplazar los castigos con la implementación de políticas que protejan las garantías fundamentales de todas las personas.
En un pronunciamiento conjunto, los expertos llamaron a cambiar de raíz el enfoque que se da a la cuestión de las drogas para centrarlo en la salud y otros derechos humanos.
“La guerra contra las drogas puede entenderse en gran medida como una guerra contra las personas”, sostuvieron, advirtiendo que su impacto ha sido mayor entre quienes viven en la pobreza, ya que a menudo se suma a la discriminación dirigida a grupos marginados, minorías y pueblos indígenas”.
Afirmaron que las política de drogas, además de tener un efecto discriminatorio, regularmente atentan contra una amplia gama de las garantías fundamentales, incluyendo el derecho a la libertad personal, a no ser objeto de tortura y malos tratos, a un juicio justo, a la salud, y a una vivienda adecuada, entre otros. (ONU)