La guerra contra las drogas puede entenderse en gran medida como una guerra contra las personas

La guerra contra las drogas puede entenderse en gran medida como una guerra contra las personas

El impacto de esa estrategia es mayor para quienes viven en la pobreza y a menudo se conjuga con la discriminación hacia los grupos marginados y minorías, advierte un nutrido grupo de expertos en derechos humanos, que pide reemplazar los castigos con la implementación de políticas que protejan las garantías fundamentales de todas las personas. 

“La comunidad internacional debe reemplazar el castigo con el apoyo y promover políticas que respeten, protejan y garanticen los derechos de todos”, declaró un grupo de más de más de 20 relatores especiales de la ONU en derechos humanos* en vísperas del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, celebrado cada 26 de junio.

En un pronunciamiento conjunto, los expertos llamaron a cambiar de raíz el enfoque que se da a la cuestión de las drogas para centrarlo en la salud y otros derechos humanos.

“La guerra contra las drogas puede entenderse en gran medida como una guerra contra las personas”, sostuvieron, advirtiendo que su impacto ha sido mayor entre quienes viven en la pobreza, ya que a menudo se suma a la discriminación dirigida a grupos marginados, minorías y pueblos indígenas”.

Afirmaron que las política de drogas, además de tener un efecto discriminatorio, regularmente atentan contra una amplia gama de las garantías fundamentales, incluyendo el derecho a la libertad personal, a no ser objeto de tortura y malos tratos, a un juicio justo, a la salud, y a una vivienda adecuada, entre otros. (ONU)