Escuela Artigas, en Asunción, celebró 100 años; Paraguay impulsa declarar el solar Patrimonio Cultural del Mercosur
El gobierno de Paraguay, que asumió la Presidencia Pro Tempore del Mercosur, promueve la declaración del Solar de Artigas y su entorno como Patrimonio Cultural del Mercosur, lo que fue anunciado en el acto en que se conmemoró el centenario de la escuela Solar de Artigas, por la ministra de la Secretaría Nacional de Cultura de Paraguay, Adriana Ortiz. La noticia, recibida con una ovación, fue uno de los puntos culminantes de una ceremonia de la que participaron unas ochocientas personas, entre autoridades de ambos países, de la enseñanza de Uruguay, los alumnos, familiares y público. Soportando los uruguayos un intenso calor y asegurando los paraguayos que el clima estaba “agradable” se desarrolló por la mañana el acto, que contó con decenas de autoridades, entre ellas el ministro de Educación y Cultura Pablo da Silveira, el ministro de Educación y Ciencia de Paraguay, Luis Fernando Ramírez, la presidenta de ANEP Virginia Cáceres Batalla, la directora de la escuela, la sanducera María José Volpe, el intendente de Paysandú, Nicolás Olivera, el diputado Juan Carlos Moreno, el presidente de la Junta Departamental de Paysandú Alejandro Colacce, integrantes de la Comisión de Asuntos Internacionales de la Junta Departamental y la propia Adriana Ortiz.
“UN EJEMPLO AL MUNDO”
El acto fue iniciado con los himnos de Paraguay y Uruguay, tras lo cual el Coro de exalumnos cantó una canción a Artigas, iniciándose posteriormente la parte oratoria. La maestra directora María José Volpe fue la primera en dirigirse a la concurrencia en un repleto salón de actos Ansina, palabras que fueron seguidas también desde una pantalla led, ubicada en una carpa, donde se ubicaron otros cientos de personas. “Se confió en la educación como la fuerza capaz de promover la convivencia democrática, la paz y convivencia entre los pueblos”, dijo Volpe, en referencia a la instalación de la escuela. “En estos cien años, cien generaciones de alumnos han salido de esta institución para convertirse en hombres y mujeres capaces de incorporarse a una sociedad en desarrollo, lugar de encuentro de culturas, espacio de fraternidad”, lo que constituye “un ejemplo al mundo que tiene hoy el deber de proyectarse y continuar”. (EL TELEGRAFO)