El desgarrador llanto de una mujer al momento de la exhumación de su hijo, encontrado en una fosa común cerca de Kiev
El dolor de Liudmila Zakabluk es el dolor de Ucrania. Imploraba por ver el cuerpo de Evgueni, de 23 años, hallado tras el repliegue de las tropas rusas en Buzova.
De rodillas en el suelo, cerca de una gasolinera destrozada por un bombardeo en las afueras de Kiev, Liudmila llora a su hijo de 23 años, tras descubrir su cuerpo en una fosa.
“Déjenme verlo solo un momento”, suplica la mujer mientras otra intenta retenerla. “Mi niño”, murmura.
Muy cerca del pueblo de Buzova, en un agujero excavado en la tierra, el cuerpo de Evgueni, junto al de otro hombre, aparece deformado por el agua, cubierto de barro y escondido por un colchón del ejército.
Pero su madre ha reconocido sus zapatos. “No me iré de aquí”, repite, agarrándose a los escombros de su alrededor.
No muy lejos, se observan los restos de dos tanques hechos trizas por los combates. En uno de ellos, está pintada una “V” en blanco, símbolo de las fuerzas rusas que invadieron Ucrania el 24 de febrero y se retiraron de la región desde hace más de una semana.
Hallazgos macabros
Desde que el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó a sus tropas poner fin a la ofensiva contra la capital, las autoridades ucranianas van retomando el control de las localidades cercanas, y acusan a los rusos de haber cometido “masacres”.
Las imágenes de una veintena de cadáveres con ropa de civil, alguno maniatados, en Bucha, en el noroeste de la Kiev, dieron la vuelta al mundo. Las autoridades ucranianas denuncian un “crimen de guerra”. El Kremlin, por su lado, afirma que se trata de un “montaje” organizado por los ucranianos.
En otros pueblos cercanos a la capital, se han ido descubriendo otras escenas de abusos. El domingo, la justicia del país afirmó que se habían encontrado 1.222 muertos en la región de Kiev desde el inicio de la invasión, sin precisar si se trataba sólo de civiles. ( (Infobae)