Brasil en la encrucijada: la segunda vuelta no tiene un favorito

Brasil en la encrucijada: la segunda vuelta no tiene un favorito

La polarización y el éxito de Bolsonaro en sumar gobernaciones y diputados desautorizó a las encuestas previas que otorgaban una amplia ventaja a Lula.

El francés Claude Mossé, profesor emérito de la Universidad de París VIII, es seguramente el más respetado experto en democracia ateniense y el llamado “siglo de Pericles”: el siglo V antes de Cristo. Considera a Pericles “el inventor de la democracia”. Del régimen político donde manda el pueblo, como apunta el fallecido constitucionalista italiano Giovanni Sartori, en su obra “La democracia en treinta lecciones”.

Pericles, si viviera en este siglo XXI, tendría dificultades para explicar el fenómeno electoral brasileño, marcado por la polarización entre los competidores Luís Inácio Lula da Silva, ex presidente por dos mandatos, y Jair Messias Bolsonaro, cumpliendo los últimos meses de su primer y calamitoso mandato presidencial, que se disputan la jefatura del Estado y del Gobierno brasileño.

Acusado de haber cooperado y de haberse beneficiado con la corrupción pantagruélica, Lula es rechazado por el 35% de los votantes, según una encuesta realizada pocos días antes de la primera vuelta electoral. Por su parte, Bolsonaro, acusado de antidemocrático, golpista y corrupto, es desaprobado por el 51% de los ciudadanos.

Ante este escenario de rechazo, Pericles señalaría una tercera vía, como vía democrática. Esta ruta alternativa no tuvo éxito en Brasil.

Los partidos democráticos de derecha, centro-derecha y centro-izquierda no se unieron para formar una fuerza. Surgieron tres competidores, cada uno por su cuenta. Y todos ellos proclamándose de la tercera vía salvadora: Simone Tebet, Luiz Felipe d’Ávila y Soraya Thronike.

Ciro Gomes, exgobernador del estado de Ceará, exministro en los gobiernos de los presidentes Itamar Franco y Luíz Inácio Lula da Silva, compitió por la izquierda y sin presentarse como una tercera vía.

Como es sabido, Brasil, durante 21 años (1964 a 1985), vivió bajo una dictadura militar. Los líderes políticos de la época centraron sus luchas en el retorno a la democracia y al Estado democrático de derecho. Envejecieron y no hubo renovación.

Cuando retornó la normalidad democrática, el primer presidente electo, Fernando Collor de Mello, pasó por un proceso ordinario de juicio político y fue acusado por corrupción. Después de algunos años, por mala gestión, la presidenta Dilma Rousseff, elegida gracias al prestigio de Lula, también terminó destituida, con Brasil sumido en el caos económico y financiero.

Los nuevos liderazgos no lograron entusiasmar y muchos, tras ser ganados por el voto de los gobiernos estatales y municipales, sucumbieron.

El personalismo de Fernando Henrique Cardoso, presidente por dos períodos, y Luiz Inácio Lula da Silva impidió que surgieran nombres fuertes y respetados.

En la actual elección aparecieron nombres sin expresión nacional. (INFOBAE)